lunes, 18 de junio de 2012

Entre todos la mataron...


A estas horas, la mayoría de nosotros sabe que edición 2012 de las 24 Horas de Le Mans fue ganada de a por Audi, quien ha impuesto la tecnología híbrida que montaban sus R18 e-tron quattro, como hiciera hace años con la diesel. También conocemos que la tripulación ganadora estuvo compuesta por los mismos pilotos que triunfaron en la edición de 2011: Tréluyer, Fässler y Lotterer, y que el coche de Gené quedó quinto tras un desafortunado accidente en los últimos compases de la prueba que le impidió disputar el tercer puesto al otro Audi R18 Ultra.

Así mismo sabemos que Lucas Ordóñez terminó octavo en la categoría LMP2 con el Zytek Z11SN-Nissan del equipo Greaves Motorsport, haciendo decimoquinto absoluto; y que Antonio García, con su Chevrolet Corvette C6 ZR1 oficial, tuvo que conformarse con acabar vigesimotercero aunque en la categoría GTE Pro ocupara el quinto lugar después de haber ganado el año pasado...

Además de todo esto, nos ha quedado el sabor amargo del abandono épico del único Nissan Delta Wing que corría aunque no participara, o de una Toyota que plantó cara a Audi hasta que se torcieron las cosas sin que el sábado hubeira concluido. Pero ahí fuera, un espectáculo que ha congregado a 240.000 espectadores de una tacada, manteniéndolos en vilo durante un fin de semana completo, de esos mismos que se tomaba hasta hace poco el sr. Dívar, en el que han intervenido marcas grandes junto a equipos pequeños, pilotos renombrados y algún desconocido, curtidos y novatos, altos y bajos, con mejor fortuna o desafortunados, apenas ha alcanzado eco alguno en nuestro país más allá de la lamentable revisión de los accidentes habidos o de algún pespunte por aquí o por allá, resuelto a vuelapluma, casi por compromiso, a través de los grandes canales de difusión.

De nuevo, el deporte del automóvil ha perdido una hermosa oportunidad de sacar la cabeza, de enseñarse para que lo vea la calle, para que ésta entienda que no todo es fútbol, y el grueso del esfuerzo pedagógico ha vuelto a recaer en la red de redes, lugar desde donde se ha cubierto el evento con profusión de datos y opiniones que permanecen aún al alcance de todos los que quieran disfrutarlos.

Hubo retransmisión, a través de Eurosport, pero en su franquicia española tuvo que compartir espacio con el ténis y el fútbol, a pesar de la magnífica labor que desempeñó Javier Rubio con Tomás Saldaña como copiloto.

El año que viene volveremos a disfrutar de las 24 Horas de Le Mans, sin duda, aunque lamentablemente tendremos que escuchar otra vez las tradicionales quejas sobre el poco apoyo que reciben nuestros pilotos en Resistencia por parte de los patrocinadores, los pocos que son y el poco eco que alcanza su trabajo. Volverá también el silencio ante la prueba y se esgrimirá la audiencia para justificarlo, y de nuevo nadie dará el paso para resolver de una vez por todas esta pescadilla que se muerde la cola y que nos atenaza en esto y en un montón de cosas más, porque si no hay escaparate, si no se enseña, no se entiende ni se disfruta, y entonces el dinero no viene a mostrarse, y los que lo necesitan, sencillamente las pasan canutas, como viene siendo costumbre en este país de miopes.

Como diría mi difunto abuelo: entre todos la mataron y ella sola se murió. A ver si hay suerte y esta vez José Oiarbide se equivoca.

7 comentarios:

Fourier dijo...

Buenos dias Orroe.

En el automovilismo patrio solo existe Fernando Alonso y muchas veces no es ni suficiente para competir con el futbol. Habra que esperar tiempos mejores.

Un saludo.

GRING dijo...

Tengo un amigo que se queja de lo mismo pero por el tenis de mesa, que por lo visto, en Alemania tiene una difusión de la leche (lo dice mi amigo, así que no tengo más pruebas,...ni las pienso conseguir). También dice que la NASA ha dicho que es el deporte más difícil de practicar en alta competición.Como a buen entendedor pocas palabras bastan no me sigo extendiendo.Me parece que la idea está muy clara.Lo que ha hecho Eurosport es de 10 para la difusión que tiene esta modalidad en España.No solo la carrera, sino los programas previos durante toda la semana.Pero este fin de semana también había Mundial de motos, Eurocopa de fútbol,final de liga de basket...y no todo el mundo va a seguir todo porque no vivimos para estar mirando la tele 24 horas al día. En la tele nunca veo karting,a veces veo cto España de Sports y de turismos y en las gradas de estos circuitos patrios solo se ven 4 gatos (seguro que la familia de los pilotos), veo poquísimo Trial, una especialidad en la que los españoles "semos" los mejores desde hace la intemerata. ¿Cuestión de dinero, de patrocinios,de falta de emoción...?. ¡La viiiirgen...qué difícil ye todo en esta vida!.Sobre Le Mans: En mi opinión debe ser un espectáculo excelso en el circuito, pero en la tele, si no eres un fanático del automovilismo (pero mucho, mucho) debe ser insufrible.Saludos

Carlos Castellá dijo...

Gring tienes razón: la Resistencia es algo muy particular que "no da" en televisión. Es un gran espectáculo y una manera muy distinta de vivir automovilismo en el circuito, pero esas emociones son difíciles de transmitir en televisión.
Y si mucho me apuras, no sólo la Resistencia, sino todo lo que se ve por TV tiene un alto porcentaje de distorsión: por muchos partidos que den, los campos siguen llenándose, por algo será.

GRING dijo...

Es muy cierto, Carlos. La realidad supera en emociones y sensaciones ampliamente a la TV. Y en el deporte del motor mucho más.Yo personalmente echo de menos un programa de motor con reportajes elaborados, bien documentados, que emocione y entretenga. Un BUEN reportaje documental de Rallys o resistencia, hecho a posteriori de la carrera y pensando en cualquier tipo de público probablemente haría más por fomentar la afición al motor que muchos directos insufribles. Pero no los hay, al menos en la TV española que yo alcanzo a ver.Los reportajes del automovilismo español son realmente penosos y siempre iguales en su formato. Un bodrio. Nunca atraerán a nuevos sponsors nia nuevos aficionados. Un placer.

csm dijo...

Con todos los respetos, disiento de los dos comentarios anteriores.
Poner la TV y ver un espectáculo nunca puede sustituir a vivirlo en directo (ya sea un concierto, un evento deportivo, una obra de teatro, o lo que queráis) pero, ni con mucho, los espectadores del "vivo" se aproximan ni a la mitad del amplísimo número de televidentes que conectan sus aparatos para disfrutar del espectáculo.
Será de "otra forma" pero, sin duda, hay mucho que agradecer a las retransmisiones(TV o radio), desde las mismas federaciones, clubes, escuderías, y hasta prensa etc...porque gracias a ello se ha creado y ha crecido una enorme afición que sostiene y aumenta el espectáculo y que luego, puede acudir a presenciarlo en vivo y seguir haciendo crecer la afición.
Amén de la universalidad y la revolución que han supuesto los medios de comunicación a nivel informativo y participativo para todos los ciudadanos.
Un besote.

GRING dijo...

csm: Es posible que lo que comentamos se haya entendido mal, porque yo no veo que tu opinión disienta de la nuestra.Si hablamos de emociones, es impepinable mejor el vivo que la Tv, pero obviamente el alcance en cuanto a espectadores no tiene nada que ver. Carlos Castellá te podrá decir al respecto mucho más y mejor que yo.No criticamos la Tv como medio. Yo al menos critico el uso que se hace de ella en motorsport, aunque la F1 tenga ahora en España una difusión idílica (comparada con el pasado y me temo que con el futuro próximo)y el mundial de motociclismo esté mucho mejor enfocado en todos los aspectos como espectáculo televisivo.Del resto poco y regular tirando a mal.(Jose mete una pullita audiovisual a las retransmisiones de Valencia F1 muy interesante en elsiguiente post, un poco más arriba. Saludos

heri ogando dijo...

Quizá lo que nos falle sea la premisa principal, esa que dice que no somos tantos, los aficionados al motor. Como algunos sabrán yo estuve pululando por Le Mans 4 días, pues en todo ese tiempo, solamente me crucé con un grupo de tres españoles y vi aparcado un coche con matrícula española (sin contar el grupo de 9 que nos juntamos allí).
Comparado con los alemanes o holandeses, la diferencia es mayúscula. Daneses y Británicos están en otro nivel.