lunes, 18 de junio de 2012

Valencia a través de una cámara


En unos días, el Valencia Street Circuit abrirá sus puertas para albergar el G.P. de Europa en su edición 2012. Hay quien dice que es una carrera vomitiva, otros que siempre resulta un truño, etcétera, pero a mí no me lo parece desde que Nakajima se llevara puesto a Fernando en las primeras curvas de la prueba inaugural de 2008, dejándome disfrutar de la carrera sin tener que estar tan atento a las evoluciones del asturiano, como suelo tener por costumbre.

El caso es que ya sea porque he paseado por esa parte de Valencia mucho antes del remozo que sufrió para subirse al carro de la F1, o porque hice uno o dos años de la asignatura de Audiovisuales en Bellas Artes, o incluso por ambas circunstancias a la vez, creo sinceramente que el circuito en su totalidad está muy desaprovechado en términos de retransmisión televisiva, porque a pesar de que no deja de ser un tilkódromo y ya sabemos lo que da de sí el concepto, y a pesar, también, de que su envoltorio urbano no alcanza a ocultar que el trazado está situado sobre una zona fundamentalmente portuaria en la que destacan algunas construcciones realmente feas, a poco que la realización se tomara en serio el asunto de rentabilizar las vistas de la ciudad del Turia y las del propio paso de los coches sobre el asfalto, estoy seguro de que el Gran Premio ganaría muchos quintales ante su audiencia.

En general, considero que en la cobertura del G.P. de Europa made in Spain, se abusa de las tomas largas y para colmo artificialmente elevadas, lo que ayuda a que el espectador se distancie de un espectáculo que parece en la televisión más una carrera de cochecitos de Scalextric que una de monoplazas rugientes y cantarines. Las cámaras on-board tampoco ayudan a resolver el asunto, porque este tipo de visiones personalizadas reproducen al milímetro un escenario repleto de hormigón coloreado y vallas metálicas, que resulta en algunos casos incluso agobiante porque enfatiza el aspecto de ratonera que identifica al VSC, a pesar de ser sin duda mucho más ancho que Mónaco, por ejemplo.

A veces pienso en que si tal vez la carrera se disputara de noche, como en Singapur, la cosa resultaría de otra manera, pero descarto inmediatamente la idea porque incluso en las calles del Marina Bay se nota que la televisión se lo ha tomado con mayor seriedad que en Valencia, y no estoy hablando sólo de iniciativa o creatividad para situar las diferentes cámaras, sino del diferente despliegue de medios e intencionalidad que se percibe entre ambos.

Dicho esto, dado que las soluciones aplicables me parecen sencillas y no demasiado caras, intuyo que Valencia es uno de esos experimentos de Bernie por los que el británico no ha apostado lo suficiente, lo que no deja de suponer un sonoro contrasentido de los muchos que afloran en la F1, ya que si se busca un espectáculo más enfocado a los medios audiovisuales que a las gradas, lo lógico sería que se mimara en extremo este particular en vez de descuidarlo tanto. No sé si llegando al nivelazo que ofrece Silverstone, donde la abundancia de planos medios y bajos acrecientan la sensación de vértigo y velocidad, pero sí incentivando la atención del espectador gracias a una inteligente puesta en escena que en en el G.P. de Europa parece la bella ausente.

El Valencia Street Circuit va a seguir siendo lo que es una vez más. Lo podremos contemplar de nuevo en unos días, y la tarde posterior a la carrera, o el mismo lunes siguiente, volveremos a discutir sobre si merece estar en el calendario o no, y el caso es que a los pilotos no les desagrada y como circuito urbano dispone de una asfalto mucho más competitivo que Monte-Carlo o Montreal. Es ancho, sus escapatorias no son excesivas, la zona de garajes es generosa… Tilke no estaba en horas bajas cuando lo diseñó porque encadena de manera bastante inteligente las curvas con las rectas, lo que lo hace relativamente rápido aunque resulte complicado adelantar en su cuerda, como en tantos otros de sus hijos, sea dicho de paso. Pero bajo mi humilde punto de vista le falta lo más importante: que alguien se tome en serio hacerlo atractivo donde se hacen atractivas estas cosas cuando no se dispone de un marco como el de Spa, o repleto de glamour como el de Mónaco, o teñido de tradición como el de Silverstone o Monza.

1 comentario:

marioM dijo...

Creí que era de otro modo...

¿La señal de las retransmisiones de fórmula 1 no se realiza siempre por la misma gente, que después la cede a las cadenas de televisión que han pagado? Es decir, ¿no es siempre el mismo equipo -técnico y humano- quien se encarga de colocar cámaras y micros y de hacer la realización y "ceder" la señal? ¿No es un equipo contratado por la FIA, por Ecclestone o por quien sea, que viaja con el show? ¿En cada país/carrera/fin de semana es un equipo distinto quien ofrece esa señal? Y lo que me descuadra más, ¿¿¿aquí es ahora Antena 3 o Mediapro???

Yo imagino que el problema de colocar las cámaras altas es para salvar los muros de hormigón y las vallas metálicas que rodean la ratonera... Y si a eso le sumas los colorines horteras, el sol intenso que casi quema la imagen, y que no se ve ningún elemento "decorativo" que adorne las imágenes (árbitos, zonas verdes, pelús, casinos, rascacielos, chicas en yates, piscinas, lujo, glamour...), tienes algo realmente frío, desagradable e inhumano. Parece una carrera en una prisión o en medio del desierto... Efectivamente, la noche le daría más gracía.

Por cierto, de las retrasnmisiones me quedo, sin duda alguna, con el trabajo de sonido. Es un despliegue brutal de micros por cada circuito y una mezcla de todos ellos impresionante, incluso adelantándose a la imagen. Por eso me extrañaba que en cada país con gran premio haya un genio del audio... (si alguien me dice que la mezcla de sonido es automática con la de los planos de la realización, se me cae un mito).

Abrazos!