El «hype»

Doblado o no, Fernando terminaba en quinta posición en el G.P. de España. Comento este particular por enfocar correctamente las cosas, pues los puntos obtenidos y el esfuerzo que había detrás de ellos, han pasado a un lamentable segundo plano mientras la peña se desgañita gritando ¡vergüenza!

A mi humilde modo de entender las cosas, estos barros vienen de los lodos fomentados por un tipo al que le gustan las grandilocuencias, y que las impone tanto en su vida privada como pública (no me digáis que la fotografía no venía al pelo).

Bernie es un encantador de serpientes que sabe perfectamente cómo azuzar al personal, cómo activar sus resortes más secretos, y desde luego, cómo mantener la expectación aunque haya en el cesto común más ruido que nueces.

Hace dos temporadas, ante la amenaza de las medallas, se impuso la hipérbole de la nueva distribución de puntos, y nos quedamos tan panchos porque todos entendíamos de qué iba el asunto: multiplicar los viejos valores por 2,5. A fin y a cuentas la cosa seguía estando igual que siempre, pero arropada con un plus de magnificación adecuada a criterios menos cultivados que los nuestros —mercados emergentes lo llaman algunos—. Dicho esto, sustantivar está bien, pero siempre que tengamos en cuenta qué se está sustantivando y que se está sustantivando, y desde luego, siempre y cuando el ejercicio no nos haga perder la sana e indispensable perspectiva.

Me he tomado la molestia de pasar las cuentas de este año a limpio, y salvo error u omisión, Vettel lideraría el campeonato con 48 puntos de los de 2009, Hamilton le seguiría con 32, Webber iría detrás con 28, Button tras él, con 25, y Alonso estaría quinto en la tabla de pilotos, con 22. Total, que la distancia entre el alemán de Red Bull y el español de Ferrari se podría tasar en 26 puntos.

Obviamente, en la etapa menos grandilocuente de todo esto, la distancia actual resultaría incluso asequible (Kimi remontó 27 de una tacada, en 2007, y con un pedrusco bajo el culo).

Desde luego, todo esto que está sucediendo, a mí no me parece ese Cañón del Colorado que anima tanto a recomendar a la de Maranello que tire la toalla para centrarse en el campeonato de 2012. Menos, aún, para darlo todo por perdido cuando faltan 14 carreras (15 si vuelve Bahrein al calendario), pero como para gustos son los colores, acepto incluso que haya quien vea el futuro más negro que el sobaco de un grillo.

Ahora bien, me gustaría advertir a quien debería estar advertido de estas cosas, que no se puede seguir el juego de Bernie tan a la ligera como se está haciendo, porque continuar por el camino marcado por el británico conlleva riesgos innecesarios, como el de que terminemos enfocando a un árbol concreto mientras anulamos la visión del bosque en el que está instalado.

Ecclestone sabe perfectamente cómo hacer ruido, cómo ponernos como gallinas locas, alborotadas en un gallinero, mientras genera el hype necesario para seguir a lo suyo sin que nadie, absolutamente nadie, le moleste lo más mínimo. Y aquí todos tenemos una parte de responsabilidad que deberíamos acometer a la mayor brevedad posible, y más si lo que se está recomendando desde ciertos ámbitos, es el suicidio puro y duro, como salida inmediata, a la escudería donde milita en la actualidad nuestro compatriota.