miércoles, 28 de abril de 2021

En el nombre del padre

Lance Stroll suma 1 punto menos que la temporada pasada después de la segunda prueba, pero lleva calzados 5 más que su compañero cuando hace casi nueve meses, a idéntica cantidad de pruebas, tenía 8 menos que Sergio Pérez, su colega de entonces... En todo caso da un poco igual porque Aston Martin, heredera de Racing Point, cuenta únicamente con el saldo de Lance para ir tirando.

El estreno de AMR en 2021 podría aceptar mil y una consideraciones pero me temo que seguiría sin dar para gesta histórica. Don Lawrence ha bajado el tono de su voz y el perfil mediático porque no está la cosa para sacar pecho. A la ausencia de Sebastian Vettel se añade el inconveniente de que el monoplaza no permite ni hacer maravillas ni estar arriba, lo que nos pone en que bastante hace su hijo habiéndose echado el equipo a las espaldas en momentos tan complicados. 

En este sentido sí. Bajo esta óptica Stroll Jr. está haciendo mucho más de lo exigible porque, salvo sorpresa, el proyecto de papá ha resultado muy fallón, quizás por las prisas en querer alcanzar el cielo o por exceso de confianza en el poder del dinero. En todo caso, que es lo que me ocupa esta mañana, a Lance no podemos reprocharle nada pues a día de hoy lidera la escudería de Silverstone y saca 5 puntos de ventaja a todo un cuatro veces Campeón del Mundo.

Os leo.

3 comentarios:

Erathor dijo...

Vettel y los algodones.

Quién no predecía lo que le está pasando.

El problema no son las manos, que malas no son.

Es la pérdida de confianza. Si tienes confianza, sabes que con trabajo, si no tienes un coche a tu gusto, es cuestión de tiempo que lo pongas más o menos a tono.

Pero vayamos más allá.

De dónde viene esa merma, esa falta de concentración y autoestima.

De los algodones, en este caso, de que alguien quería vender al campeón del mundo más joven de la historia.

El chaval prometía, pero faltó un Briatore que lo pusiera un año a hacer test, a aprender a hacer un setup, a entenderse con mecánicos e ingenieros. Todo eso que le está dando sus frutos a Carlos Sainz.

Siempre tuvo un gran piloto probador a su lado: Webber, Ricardo, Kimi (vaguete pero de eso sabe).

Si no les fue mejor el año de estreno de Leclerc fue por la falta de experiencia de éste y la nulidad de Vettel en este aspecto.

Vino un coche malo y ya sabemos.

En Ferrari, ha entrado un Carlos y se ve día a día como mejora el coche. No hablo del subidón después del cambio de motor. Hablo de esas decimas y centésimas que, sin prisa pero sin pausa, van apareciendo desde los test hasta hoy, incluso, desde un viernes a un domingo.

En Red Bull ha entrado Pérez y se nota ese extra finde a finde. Verstappen ha sido moldeado por el mismo sistema y con el mismo fin. Ser el más joven de la historia. La gran diferencia es la fortaleza de carácter y que le da igual el coche que le den. Sabe hacer correr el coche pero no dar el feedback para hacerlo más rápido.

En Astroll Martín se ha ido Pérez y ha venido Vettel. Ejem...

En fin, es una fórmula 1 de ingenieros pero, por eso mismo, necesitan de un piloto-ingeniero.

La información debe fluir de abajo hacia arriba y no al revés.

Un piloto con ese perfil es fundamental.

Al final del campeonato extraemos conclusiones.

Anónimo dijo...

Hay una cuestión que siempre me ha llamado la atención y es que los pilotos de F1, como hacen otros animales de raza, establecen automáticamente una jerarquia interna, al margen de lo que luego manifiesten públicamente.

Me acuerdo como Schumacher siempre respetó a Alonso o a Mika pero no a Rubens. Hamilton nunca ha puesto en duda las cualidades como piloto de Alonso, y viceversa. A Massa prácticamente ningún piloto le tomaba en serio, como a Magnussen por ejemplo, sin embargo a Montoya le respetaban.
Por eso, también me acuerdo cuando Alonso decía, veremos que es capaz de hacer Vettel cuando no tenga el mejor coche, y por eso creo que tiene esa espina tan clavada, y es que le ganó un piloto que todos saben que es peor, con ayudas extradeportivas, y sí, digo claramente extradeportivas porque el difusor soplado fue una vergüenza, y los alerones flexibles también, y la bandera amarilla de Brasil 2012 etc.
Y el artífice de todo no fue Newey, fue Mr E., o es que nadie se acuerda de los 100 millones de dólares que tuvo que pagar por el tema Gribkowsky.

Por cierto, la ex ministra de Justicia alemana, Sabine Leutheusser-Schnarrenberger, criticó la sentencia en el caso Ecclestone, diciendo que "no solo es de mal gusto, es realmente insolente".

Erathor dijo...

Y, con esto, tenemos la historia completa. ;)