domingo, 11 de abril de 2021

El chocolate del loro

Desde que estrené Nürbu el 3 de agosto de 2007, creo que la palabra que más he usado en el blog ha sido «ahorro». 

Todas las ideas brillantes que han tenido los de arriba iban enfocadas a la contención del gasto y, por ende, a mejorar un espectáculo que (se suponía) andaba asfixiado por la carestía inherente a este bonito deporte. Mal que queramos, gastar mucho se convertía así en sinónimo de práctica lesiva para la competición, y bueno, estamos en 2021 y en sentido estricto teníamos que haber ahorrado lo que no está escrito, y, en consecuencia, el show tendría que haber ganado quintales, pero no, no es así.

Se da la paradoja de que en el primer año de tope de gasto, con vehículos congelados parcialmente con respecto a 2020 y unas ruedas que en esencia son las mismas que las usadas durante 2019, con menos entrenamientos, etcétera, etcétera, etcétera, hay un puñado de equipos que ya vienen avisando de que se apean de la pelea en verano...

¿Contradictorio? ¡No tanto...! 

Lo hemos hablado en otras ocasiones. Pienso que en todo estoy hay un componente especulativo de primer orden, si la actividad es esencialmente cara, los posibles compradores o inversores se la cogerán con papel de furmar antes de meterse en el sarao. La cosa es diferente si el compromiso se aventura razonable —lo palpamos con la adquisición de Williams por parte de Dorilton Capital, que se formalizó apenas unos días después de que supiésemos que las escuderías firmaban el nuevo Pacto de la Concordia, muy restrictivo en lo económico—. Y sí, he criticado demasiadas veces a la de Grove por posicionarse con los recortes por puro interés, como para tragar ahora con que este tipo de maniobras nos van a beneficiar a los aficionados de a pie en un futuro no demasiado lejano. 

No ha ocurrido antes y me temo que no va a suceder a partir de 2022. No soy pesimista pero sí bastante escéptico. Y a las pruebas me remito: 2021 era un buen momento para escenificar lo bien que le venía al show que todo el tinglado se estrechara el cinturón, aunque, a cambio, hemos vuelto a la rutina de siempre y comprobaremos a partir de agosto que la F1 ha vuelto a ahorrar en el chocolate del loro, pues casi media parrilla habrá renuciado a competir porque hay que concentrarse en el monoplaza del año que viene, eso sí, con menos entrenamientos de pretemporada, una hora menos los viernes, menor margen para evolucionar los coches, menos tiempo en túneles de viento y CFD, menos kilómetros para los rookies, pero con la esperanza puesta en que el espectáculo en pista nos está esperando con los brazos abiertos a la vuelta de la esquina.

En fin. Os leo.

1 comentario:

Erathor dijo...

Si ante un problema siempre actúas de la misma forma hay dos opciones:

- Que tu capacidad de adaptación sea nula.
- Que, realmente no quieres solucionarlo y tú eres el problema.

Eres el problema porque tienes muy claro el status quo que debe tener la parrilla. El que dicte el capital.

El que vea el ahorro que me lo diga. 3 motores y con cada uno de ellos se pagaban los de combustión para un año.
Motorhomes cada vez más lujosos.
Cada vez más carreras pero no más emocionantes.
Y cada vez más marketing.

En fin, esto es como la pandemia:
Si los dirigentes hacen y dicen todo lo contrario de lo que solicita la comunidad científica... No son la solución. Son el problema y desean serlo.

Que sigan asi. Igual tienes que cerrar el blog porque no hay f1, No porque te canses. ;b.