miércoles, 21 de octubre de 2015

Siempre


Hubo un tiempo en que a los pilotos mayorzuelos se les recriminaba que pretendieran seguir corriendo, decíase: porque quitaban sitio a las jóvenes promesas. Y el caso es que las promesas lo único que traían era guita y contención de emolumentos para sus rivales mejor pagados, ese maná liberal caído del cielo, que servía y sirve para cerrar las heridas abiertas en la parrilla por la cicatería de Mr. Ecclestone.

Aquellos años pasaron y dejaron espacio a otros donde la experiencia volvió a tasar al alza, y en ellos estamos aunque sin Rubens Barrichello. Y una escudería como McLaren, decidía hace nada renovar a Jenson Button y hace menos, desprenderse de Kevin Magnussen a pesar de que cuando Ron Dennis le quitó el puesto a Martin Whitmarsh, una de las primeras cosas que dijo, además de que Woking disponía de medio segundo extra para desenfundar en Malasia, fue que el hijo de Jan apuntaba a campeón del mundo.

Como se puede comprobar en un primer vistazo, Yasuhisa Arai no es el único optimista que hay en la británica —ni será el primero ni seguramente el último—. A Whitmarsh se le fue la mano anunciando el feliz enlace con Honda, y Dennis, nos resultó un poco bocachancla porque sospecho, entendió mal aquel doble podio de Melbourne 2014 que regaló a McLaren la descalificación de Daniel Ricciardo.

Kevin era entonces un novato prometedor que accedía a un meritorio tercer puesto en su primera intervención en F1. Había realizado una excelente pretemporada. Subió al segundo cajón por una carambola del destino, o mejor dicho: por una idiotez de Red Bull. Y ahí se acabó todo o casi todo. Martin fue retirado y el MP4/29, salió castañón propulsado por una UP Mercedes-Benz que nunca anduvo fina. 

El medio segundo de Ron jamás apareció y de ahí p'alante, a correr con lo puesto...

Y con lo puesto bregaron la joven promesa y el protagonista de esta entrada durante todo 2014. Y si la esperanza y el optimismo, en cuanto se apagan suelen terminar con cualquier sueño de acabar por las buenas con el nudo Gordiano, en el caso de los mayorzuelos la cosa lleva más peligro que un Miura entrando en Estafeta. 

Jenson tramitó una temporada que no se merecía, en la que además, tuvo que sobrellevar como pudo la pérdida irreparable y temprana de su padre, Big John.

Coger la goma de borrar siempre resulta complicado, y si lo haces por dos veces consecutivas cuando casi te llaman abuelo en la cuadrilla, como le ha sucedido a Button en 2014 y 2015, la cosa tiene que ser pelín jodida. Pero ahí está nuestro último gentleman, dispuesto a enfrentarse a otro infierno. Casi tan joven de espíritu como Kevin pero con muchos más años de experiencia que el danés.

Y el caso es que siempre que menciono a Jenson me sale de corrido la palabra pundonor, porque por mucho que te paguen, hay que tenerlos muy bien puestos para seguir ejerciendo de mayorzuelo sin bajar la cabeza ni arrugar el gesto. Y ahí está Button, siempre.

Os leo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Y no sólo lee como pocos las oportunidades que aparecen en carreras revueltas, sino que además, tiene a la más bonita del paddock.

Nos han privado de una temporada interesantísima, al no darles un coche en condiciones. Se iban a arrancar las pegatinas.