sábado, 18 de enero de 2014

Sensaciones


Sin darnos cuenta nos hemos quitado de encima la parte más gruesa de la espera. Parece que fue ayer cuando terminaba Interlagos con Seb haciendo donuts, cuando el futuro amenazaba con cerrar la persiana para no abrirla otra vez hasta mediados del próximo marzo. 

Lo que quedaba de noviembre pasaba para mí rápido y lento pero en todo caso, sin apenas darme cuenta. La rotura de la pelvis de mi señora madre precisamente una semana antes del Gran Premio de Brasil, marcaba mi retorno a las trincheras de invierno, a sentir el pesado barro sobre mis botas y la fría humedad atravesando la ropa. El tiempo dejaba de pertenecerme, de nuevo...

He dormido 11 horas de un tirón y esta mañana me he levantado espeso pero razonablemente alegre, aunque esta vez a diferencia de otras, con mono de coger entre mis manos un volante. Desde que en 1997 decidiera no volver a conducir un coche en mi vida porque el miedo me convertía en un peligro para otros, rara vez he sentido la necesidad de romper mi promesa pero os confieso que llevo tiempo replanteándomelo.

El motivo de esta catarsis ha sido Gorliz, sin duda. Al menos quiero creerlo. Sus calles y caminos tranquilos, su atmósfera serena y la ausencia casi total de ruidos me ha ido llevando poco a poco a fijarme otra vez en el sonido de los pocos vehículos que atraviesan el pueblo y a recordar que hubo un tiempo lejano en el que jugaba a cerrar los ojos para distinguir los que pasaban a mi lado. Los abría, lógicamente, pero al final, cuando me habían superado, sólo para certificar que había acertado porque para qué negarlo, en aquello era realmente bueno con 16 o 17 años.

De aquella época me queda un regusto especial por los Alpine y el ruido característico de su motor Gordini. Mi cuñado tuvo uno y huelga decir que siempre le he envidiado.

Es sábado 18 de enero. Mi madre ya está repuesta aunque la gripe que la ha tenido en cama estas últimas semanas ha retrasado sus progresos. He dormido 11 horas y me he levantado con la sensación de un aro de madera o cuero en las manos. Sin darnos cuenta noviembre queda lejos y ha pasado diciembre y sus lunas y sus fiestas. Termina el #Dakar, ha comenzado el Rally de Montecarlo y en una semana empezaremos a vislumbrar qué nos tienen preparado las escuderías para la temporada que viene. Llegará Jerez y se irá por donde vino aunque con un sonido diferente, el de los turbo. 

Os leo.

1 comentario:

LAN dijo...

Preciosa la foto del A110.
Para mí son una obra de arte. Y qué decir de aquellos maquinones que preparaba Depaz, como el de J.C. Pradera...
Saludos