La ruleta rusa

Si esto fuese un cuento podría empezar así: «La noche se presenta larga y sin sueño, y el pequeño la pasará mirando al cielo estrellado. En el interior de su tierna cabecita suena un run-run lejano, el mismo que antaño le ayudaba a dormir pero que hoy no le dejará hacerlo…»

Sin embargo no es ningún cuento, ni cosa inventada, porque la evolución de McLaren es real y me está dejando perplejo. Por un lado tenemos lo enigmático que está resultando todo: mucho entrenamiento con el alerón del año pasado y demasiado poco con el nuevo. Y por otro: ramplones resultados con uno y con otro.

Mientras se percibe que las escuderías van avanzando, con la de Wocking tengo la sensación de que hay un cierto tufo a punto muerto del que no se sabe salir. Sí, ya, el alerón posterior (y el difusor, sospecho, dada la sonrojante cautela que han puesto para que nadie lo vea) va a ser la madre de todas las batallas en cuanto a soluciones se refiere, pero admitamos que de momento: nada de nada, y eso es lo preocupante, porque McLaren se ha destacado en la última década por haberse presentado en pretemporada con los deberes bien o mal hechos, pero jamás ahogada en un mar de dudas. Sí, ya, también, este año es especial porque todo es nuevo, pero precisamente por eso la cosa me resulta alarmante, ya que si en los demás equipos hay una línea de trabajo definida sobre la que se van proyectando o incorporando novedades, en el caso de la escudería que dirige ahora Whismarth, hay una línea principal que parece errónea o inacabada, pero que va a depender de Lewis Hamilton I para su desarrollo y solución porque a Pedro Martínez de la Rosa se le está acabando el tiempo, y éso puede resultar terriblemente peligroso.

Quedan los entrenamientos de la semana que viene en Montmeló, y poco más, y mientras Ferrari, BMW y Renault han afinado sus máquinas; mientras Toyota, Red Bull y Williams parece que han encontrado el camino; mientras Force India y Toro Rosso han comenzado a dar sus primeros pasos; en McLaren siguen jugando a la ruleta rusa con la ayuda de la configuración de 2008. Y lo digo porque gracias a la FIA (sus estúpidas reducciones de gasto), en cuanto Pedro se baje del auto, y por mucho simulador que haya en Wocking, y por muy grande y potente que sea, se acabó lo que se daba, y todo va a depender de lo que sepa transmitir a sus mecánicos e ingenieros el actual campeón del mundo, y es ahí donde no le veo, y donde me temo que no le ve nadie, porque el chiquillo está poco hecho y tiene de solomillo lo que yo de alto.

Lo que está haciendo McLaren puede servir para salvar la papeleta en las dos o tres primeras carreras, pero no servirá más allá de mayo, y en Wocking deberían saberlo, y si no lo saben es que están algo más que perdidos.

Sí, al final esto puede ser incluso un cuento, y a Lewis esta noche y las siguientes se le presentarán largas y sin sueño, y las pasará mirando al cielo estrellado. En el interior de su cabeza sonará un run-run lejano, el mismo que antaño le ayudaba a dormir pero que hoy y mañana, y pasado, no le dejará hacerlo, ya que la empresa que están depositando sobre sus hombros es demasiado grande, enorme, porque está más solo que un ajo.

PD: Os he echado de menos, pero entendedme, el Athletic resolvió ayer todos los problemas económicos y políticos de mi amada tierra, de un plumazo y con consenso amplio. Así que no pude centrame en Fernando y sus 8 años en la F1, ni en la superioridad con que él y su ornitorrinco se pasearon en Jerez. Para esto último sé que tendré tiempo, pero para soñar con una nueva final de copa con sabor bilbaíno no sé si tanto ;)