domingo, 14 de abril de 2019

Caballero Levegh, 1952 [#24LeMans 20]


Alemania había quedado fraccionada en cuatro limitaciones después de la Segunda Guerra Mundial y la llamada zona occidental —la oriental había quedado en manos de la URSS—, abarcaba tres que permanecían bajo la tutela de las potencias vencedoras (Reino Unido, Francia y Estados Unidos). Los planes de recuperación habían atendido en primera instancia a la sostenibilidad básica de la población y al crecimiento y estabilidad económica, y sólo a partir de 1948/49 se empezarán a notar en la industria.

Empero, existe un problema y en cierto modo es bastante peliagudo: el nombre de Alemania todavía estaba impregnado por las sombras del régimen nazi y resultaba preciso tanto sanear su imagen como recuperar la antigua pujanza. El sector del autómovil no es ajeno a estas circunstancias y, de nuevo, la competición parece el escenario más adecuado para reverdecer las glorias pasadas y plasmar que Alemania es otro país diferente al que desató el infierno sobre Europa el 1 de septiembre de 1939.

Tras años de ausencia, Mercedes-Benz vuelve a las 24 Horas de Le Mans en la edición de 1952 y nada menos que con Alfred Neubauer al mando; sin embargo, no será ésa la noticia que copará la mayoría de titulares en los medios deportivos: Ferrari también se presenta de manera oficial además de colaborando con iniciativas privadas, como ya empezaba a ser tradición. 

L'Automobile Club de l'Ouest había acusado recibo de la inercia plasmada en La Sarthe en 1951 [Vuelve Jaguar, 1951 (#24LeMans 19)], y decidió adaptarse a la nueva situación endureciendo las normas de consumo de combustible y aceite, por ejemplo, o aumentando el periodo sin repostar de 25 a 28 vueltas y obligando a que los vehículos llevasen las ruedas integradas en las carrocerías, etcétera.

69 son los coches inscritos pero sólo participarán 58 tras la renuncia a hacerlo del Alfa Romeo Disco Volante que iban a conducir Fangio y González, y un Siata 208 CS Berlinetta que ha quedado para los anales inscrito sin pareja oficial de pilotos. Como anécdota, decir que Pegaso había llevado cuatro Z102, de los cuáles tres obtuvieron el estatus de reserva aunque tampoco tomaron la salida el sábado 14 de junio. Wifredo Ricart decidió retirar la armada española ante la debilidad mostrada en entrenamientos por la cuarta unidad, con lo que se perdieron disputar la prueba Jover, Palacio Pover, Fábregas, Bultó, Font y el argentino Iglesias.

Mercedes-Benz presentaba tres 300 SL (W194) y Porsche dos 365/4 de manera formal y un tercero que correría bajo pabellón del equipo Auguste Lachaize, con éste y Eugène Martin al volante. Italia estaba representaba por la Scuderia Lancia (dos Aurelia B20), por Automobili OSCA, y por Scuderia Ferrari con dos pequeños 250S y 225S Berlinetta y seis coches más repartidos en diferentes equipos privados (Chinetti, Moran y Rosier). El elenco restante era el clásico para Le Mans: Aston Martin, Cunningham, Jaguar, Talbot-Lago, Panhard, Gordini o Renault con sus imperturbables 4CV...

Jaguar mandó durante las horas iniciales pero empezó pronto a sufrir los excesos en la mejora de las prestaciones arodinámicas del C Type y dos de sus tres coches acabaron abandonando mientras el tercero conseguía recuperarse pero perdiendo todas las opciones de ganar la prueba. Ferrari también claudicaba en sus aspiraciones. El 250S Berlinetta, conducido en estos instantes por Alberto Ascari, rompía el embrague y decía basta, mientras que el 225S Berlinetta, con un motor de 2.7 litros, resultaba una opción delicada que iba a requerir de bastante mala suerte por parte de sus rivales si quería sacar la cabeza, que al final fue que no porque también se retiraba durante la madrugada.

Pero no adelantemos acontecimientos. Antes de la media noche el escenario se ha aclarado sin los de Coventry en pista. El Gordini T15S de Manzon y Behra lideraba en La Sarthe seguido a una vuelta por el Mercedes-Benz de Hans Klein y Karl Kling y un rosario de vehículos detrás, entre los que se encontraban un Cunningham, un Ferrari privado y el 300 SL de Helfrich y Niedermayr. Cerrado este espacio, venía con sorpresa el Talbot-Lago T26 GS Spider de Pierre Levegh.

Tony Lago, patrón de la marca, había dado permiso a Levegh para intentar completar la prueba en solitario —el coche dorsal número 8 contaba con René Marchand como segundo tripulante, de forma que si el empeño resultaba infructuoso siempre se podía recurrir a él—, de esta manera, la posible gesta se había ido convirtiendo en el gran aliciente de las 24 Horas de 1952 conforme iban transcurriendo las vueltas.

El ritmo en la cabeza era brutal. El Gordini no parecía tener rival. Había abandonado el Mercedes-Benz y el Cunnigham de Briggs y Bill Spear sufrió una serie de inconvenientes que lo retrasaron considerablemente. El Talbot de Levegh se mantenía con vuelta perdida pero ahora era segundo con los dos representantes que quedaban de la de Stuttgart a muy generosa distancia.

Antes del amanecer, un problema en los frenos descarta al Gordini que conducen Jean Behra y Robert Manzon, y el Talbot-Lago número 8 se convierte inopinadamente en el favorito al triunfo final. Hay poca gente en el circuito pero ruge y jalea el paso de Levegh, sonido ambiental que se convertirá en un clamor durantes las horas matinales del domingo, cuando La Sarthe rebose aficionados y se haya concentrado en él el numeroso público que quiere asistir al final de la carrera. Los Mercedes-Benz de Theo Helfrich y Helmut Niedermayr y Hermann Lang y Fritz Riess, respectivamente, ruedan con varios giros de desventaja en ese instante, seguidos por el Aston Martin DB3 de Lance Macklin y Peter Collins.

Levegh empieza acusar el esfuerzo realizado, sobre todo durante la noche en Le Mans, pero no hay manera de sacarlo del habitáculo ni de convencerle para que deje su volante a Marchand. Ha perdido algo de terreno con sus perseguidores pero aún se siente con fuerzas para lograrlo.

La escabechina está siendo importante, de los 58 coches que partieron apenas quedan sobre el asfalto 20, y todavía falta que caigan otros tres. Durante la mañana Lang y Riess toman el relevo en la segunda posición del 300 SL número 20, después de que éste haya comenzado a dar señales de que algo no va bien en su motor, e intentan acercarse lo máximo posible al coche británico (francés para los franceses, claro), y el milagro ocurre pasadas las dos y cuarto la tarde del domingo 15 de junio. Exhausto, seguramente desconcentrado, Pierre Levegh fuerza el cambio de marchas y rompe la caja de su Talbot-Lago...

Se ha hecho el silencio sobre Le Mans e incluso parte del público empieza a abandonar el circuito después de conocer la noticia. Sólo quedan 17 vehículos en pista.

Vence Mercedes-Benz con doblete. Hermann Lang y Fritz Reiss han completado 277 giros con su unidad dorsal 21. Helmut Niedermayr y Theo Helfrich, sobre la 20, concluyen en segunda con giro perdido. La tercera plaza será para el Nash-Healey 4 Litre de Leslie Johnson y Tommy Wisdom, con 262 a las espaldas.

No hay consuelo para Levegh [Pierre Levegh #25TLM18 (07)], ni habrá nueva oportunidad para intentarlo de nuevo. L'Automobile Club de L'Ouest tomará buena nota de lo sucedido y establecerá a partir de 1953 la obligación de que los dos pilotos inscritos por cada vehículo rueden una serie de horas con él.

Os leo. 

< Vuelve Jaguar 1951 [#24LeMans 19]
> British cats, 1953 [#24LeMans 21]

1 comentario:

Anónimo dijo...

¡Qué buena entrada para un Viernes Santo!

Muchas gracias

Un saludo
Sr.Polyphenol