sábado, 6 de enero de 2018

El regalo de Reyes


Con todo este tema de que Marcin Budkowski dejaba su puesto en la FIA para irse a Renault hemos ido dejando para otro día qué hacíamos con Charlie Whiting. Total, estamos a primeros de enero de 2018 y seguimos sin conocer el destino o el qué será, será, del hombre que más títulos mundiales atesora en sus vitrinas.

Aunque lo parezca no es ninguna coña. Durante la etapa de Ecclestone al mando del negocio, y por lo que se ve en los primeros compases de la era post Bernie, Charlie ha tenido más incidencia en los campeonatos que los neumáticos, que ya es decir, lo que le sitúa en clara posición dominante en cuanto a entorchados logrados por centímetro cuadrado, por delante de Schumacher, por delante de todo quisque...

Otra cosa es que su contribución al deporte no se haya considerado como merece, que aquí ni entro ni salgo, aunque ya os digo que me parece pelín injusto con el británico.

Si no fuese por las consecuencias fatales que tuvo aquello, deberíamos considerar puro arte hazañas como el accidente que se llevó por delante a Jules Bianchi, en las que la FIA le encargó a él que abriese investigación sobre su propia actuación en Suzuka como máximo responsable de Dirección de Carrera, a resultas de la cual, obviamente no se encontró rastro de culpa en su ámbito de funciones.

También es arte, y del bueno, iniciar las carreras con el Safety Car desplegado en pista durante interminables vueltas, para que una vez la carrera arranca, lo logrado en clasificación se convierta en agua de borrajas. O ese estilillo que se marcaba algunos viernes advirtiendo a este o este otro equipo, que quitara tal o cual chisme porque lo iba a prohibir el martes siguiente al Gran Premio, en cuanto llegara a su despacho, vamos. Por no mencionar su permisividad selectiva o su doble rasero, o cómo suele cargar las tintas cuando le apetece mostrarse justiciero con quienes no son las niñas de sus ojos, of course!

Todo esto es arte puro, mostrado además en seco y en mojado, y haríamos mal en no considerarlo así porque hay que estar hecho de un pasta muy especial para salir ileso de mil y un terremotos, como aquel que se organizó en las últimas vueltas al Gran Premio de Brasil 2012.

En fin, la mejor arma de Charlie ha venido siendo el revólver del «por el bien del espectáculo», y entiendo que este año, con el asunto de la mezcla de aceite con el combustible, la razón de fondo ha sido básicamente la misma, y a ella me acojo para solicitar a Liberty Media que nos aclare más pronto que tarde si vamos a seguir sufriendo a Charlie un año más o, por el contrario, el artista será historia (mala) antes de que comience la temporada.

Sería un bonito detalle que sucediera esto último... si me lo permitís: el perfecto regalo de Reyes.

Os leo.

1 comentario:

Fleichié dijo...

Sí , no le quitemos mérito a Charlie en los éxitos conseguidos por algunos ilustres pilotos que ciertos medios intentan convertir en leyendas al precio que sea .
Fernando ya dijo hace tiempo que no abre la boca durante el briefing de pilotos , porque no sirve para nada . Y si sirve para algo es para que luego Charlie y sus secuaces se tomen cumplida venganza en carrera .
Te leo maestro . Saludos .