sábado, 13 de enero de 2018

Alonso y la aventura norteamericana [15-05-2017]


Fernando Alonso y su participación en Indy 500 habían copado los focos de la actualidad desde que a comienzos de abril de 2017 conocimos la noticia de que el asturiano buscaba alcanzar la Triple Corona (GP Mónaco, 24 Horas de Le Mans e Indy 500). La fecha de la prueba se acercaba y yo escribía sobre el egoísmo en MomentoGP.


No tengo suerte cuando escribo haikus en mi cuenta de Twitter. Hay quien suelta en la red del pajarito una de esas frases enigmáticas a la vez que filosóficas, que diría el gran Forges, y la gente se arremolina a su alrededor para hacer que piensa con él, para reflexionar hombro con hombro con él, y con suerte, gracias al barullo, al promotor de la línea incluso le sale plan para el fin de semana y todo.

No me sucede. Ayer, por ejemplo, escribía en menos de 140 caracteres «Nunca empieces una guerra que no piensas ganar…» y a lo más que llegué fue a que se me llenara el buzón de Mensajes con notificaciones urgentes y a que sonara el teléfono: ¿Estás bien?, ¿qué guerra es ésa?, y así.

Tengo grandísimos amigos y amigas, para qué voy a negarlo, pero como ocurre con los chistes, si tienes que explicar un tuit es que no lo has hecho bien. No me refiero a que no hayas escrito adecuadamente la frasecita del demonio, sino a que el contexto, el momento de la publicación o el tono muscular de Twitter (lo tiene, ¡vaya que lo tiene!) no eran los más adecuados para una proeza de síntesis semántica.

En fin, me refería a Fernando Alonso y a su relación de amor/odio con McLaren y Honda. No había mayor misterio en el tuit.

El asturiano está ganando su guerra y esto que tiene pinta de perogrullada porque lo es, parece que no está siendo entendido en su más profunda dimensión.

En la vertiente correspondiente a la Fórmula 1, digámoslo así, su presión constante y sus habituales muestras de descontento ante los medios de comunicación están llevando al fabricante japonés y en menor medida al constructor británico, a resolver en tiempo récord los problemas de pretemporada y el reglamento 2017. Si el MCL32 no corre suficiente en recta pero consigue tiempos razonables, es que en curva va como un tiro, no sé si me entendéis…

Es importante esto de parecer un tipo gruñón y exigente. Los pilotos, a los buenos me refiero, suelen ser egoístas proactivos. Nada parece satisfacerles, quieren lo mejor y eso supone que todo el mundo a su alrededor debe tener el mismo objetivo, y no es porque sea Fernando. A ver, todos los grandes siempre han tenido su puntito insoportable: Fangio, Lauda, Prost, Senna, Schumacher, por citar unos pocos… entre otras cosas porque si sólo hay egoísmo a lo peor te encuentras con un proyecto como el que lleva este año Williams, que por falta de exigencias e interés está desperdiciando un monoplaza como el FW40 en manos de un piloto bisoño y un conductor como Felipe Massa.

Pero no me distraigo. En la parte mediática también está ganando Alonso la guerra. 

La aventura norteamericana que lo llevará a disputar las 500 Millas de Indianápolis (Indy 500) a finales de este mes no es una experiencia personal ni fruto de un interés individual, como se está pretendiendo que creamos, en esta historia están embarcadas Honda, McLaren y Liberty.

La Fórmula 1 va a salir reforzada y la IndyCar Series también [Los óvalos son aburridos], sería iluso pensar lo contrario. Así que desconociendo si con otro piloto de la parrilla F1 el asunto habría resultado igual de atractivo, lo cierto es que el fenómeno que vamos a vivir este mes se debe, fundamentalmente, a que nuestro asturiano es uno de esos tipos que no empiezan una guerra si creen que pueden no ganarla.

Os leo.

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