lunes, 10 de octubre de 2016

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Antes de valorar la razón última que ha podido llevar a Carlos Sáinz a plantar cara a Red Bull desvelando que su hijo quería militar en Renault durante 2017, y sin querer entrar en el debate originado a partir de sus palabras —pretendo hacerlo esta misma semana—, me gustaría puntualizar un par de aspectos que por una causa u otra, se están pasando por alto estas últimas horas.

En el último café que tomamos juntos Ernesto y yo aquí, en Gorliz, ambos coincidíamos en el papel de laboratorio rodante que interpreta en la actualidad la de Enstone, toda vez que después de los agrios enfrentamientos verbales habidos durante 2014 y 2015 entre la de Milton Keynes y el fabricante francés, éste se puso manos a la obra con la intención de mejorar su imagen pública, lo que definió la compra de Lotus de cara a participar en 2016, y que en las máquinas de la austriaca no aparezca su logotipo sino el de TAG Heuer.

Mirando la cosa fríamente, Renault ha cumplido con creces su cometido, al menos en lo tocante a resarcir su resquebrajada imagen, ya que todo el mundo asimila el nombre de la gala al buen comportamiento del RB12 —¿TAG Heuer, qué es TAG Heuer?—. Y además, por un coste muy asumible ya que la temporada del team oficial ha salido por cuatro perras, hablando mal y pronto.

El proyecto francés nacía fiando todo a muy largo, que luego decimos de McLaren pero se nos olvida que Renault ha fijado su año bueno en 2018 cuando fue activa promotora de las Power Units híbridas y defensora a ultranza de que se cumplieran los plazos, para malgastar luego las dos primeras sesiones del nuevo reglamento entre fallos y falta de fiabilidad que comprometieron gravemente a su principal cliente.

Dios me libre de insinuar que Entsone no logrará estar a la altura de las expectativas levantadas, ni mucho menos aventurar que puede dar una nueva espantada si se le cruzan los cables a don Carlos Ghosn. En todo caso, de momento no me parece un lugar que dé garantías a un piloto como Carlos Sáinz, que necesita imperiosamente tanto salir de la atmósfera sofocante que hay en Toro Rosso, como encontrar un cauce adecuado a sus numerosas aptitudes al volante.

Como motorista, Renault lo ha hecho de cine esta campaña, pero como equipo es otro cantar. 

2016 ha sido y sigue siendo malo para la gala. Ha habido mucha inversión de cara al futuro pero su flirteo con diferentes pilotos para confeccionar la tripulación de 2017, anima a pensar que todavía no va en serio y que 2018 como objetivo se puede convertir en 2019 o incluso en 2020 a poco que las cosas no salgan como están previstas.

Honestamente os diría que sigo leyendo la ecuación de la del rombo para las temporadas venideras empapada de más improvisación que de seriedad. Tampoco es que me sorprenda. En cierto modo, ésta sí que es marca de la casa.

Carlos Ghosn no ha ocultado nunca sus numerosas cautelas con la Fórmula 1 ni que su mayor interés en la máxima disciplina está en que Renault sea suministrador. Sus titubeos en 2005 dieron lugar a que Fernando Alonso fichara por McLaren. Su empecinamiento en no gastar ni un duro más que lo dispuesto en los presupuestos, comprometió el periodo 2006 a 2009. El retorno de La Régie en 2010 (sin Briatore), fue pobre y sin aspiraciones, puro relleno. Su venta a la gente de Gerard Lopez, una manera de quitarse el muerto de encima. La recompra de la estructura de Enstone, como decía más arriba, venía siendo casi casi obligada...

Pero como también mencionaba antes, el caso es que el objetivo principal ya se ha cumplido...

Desde luego no soy quién para recomendar nada a nadie, pero las sensaciones que albergo ahora mismo son las que os acabo de contar. No me fío de este proyecto, ni para Carlos ni para nadie, fundamentalmente porque rechazo de plano la filosofía de los laboratorios móviles aunque vengan envueltos en papel de regalo. Ojalá me equivoque.

Os leo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Pues yo creo en el desarrollo de Renault y creo que por la cabeza de Sainz tienem qie estar pasando ifnormaciones que nosotros no alcanzamos a saber, quizas, quien sabe?!. Un equipo con dos pilotos españoles, un tal Sainz y un tal Alonso?. Creo que inversores habrirían nuesvas espectativas, aparte de , tal vez, alguna aportación del propio Sainz y de Alonso de una u otra forma. (utopía pero.... quien sabe)