domingo, 9 de octubre de 2016

¡Olé tus huevos!


En su libro Mi vida en la Fórmula 1, Jo Ramirez define a Ron Dennis como buena persona pero muy especialito, y, la verdad, quizás por este contraste, con el paso de los años he ido desarrollando una afinidad malsana con él. No es que me apetezca tomarme un cacharrillo y unos pintxos en su compañía (fijo que me aburriría), pero es verle y que me entren unas ganas irrefrenables de plantarle dos besos en la frente. Será la edad. La mía, lo reconozco...

En fin, Ron es tan envarado que ni haciendo bromas resulta natural. Baste recordar su paseillo vestido de torero junto al propio Ramírez y Mika Hakkinen, o su monólogo para el vídeo que encargó McLaren a Antena 3 por los 250 Grandes Premios de Fernando, donde él disfrutaba como un chiquillo con zapatos nuevos sin que el chiste le saliera del todo, porque era un chiste, una chanza que de tanto haber sido memorizada, probada y sobada frente al espejo, carecía por completo de gracia. De salero, ni hablamos...

La foto de encabezamiento se corresponde con aquel momento en que todo el mundo se sumaba al Ice Bucket Challenge en favor del reconocimiento de la esclerosis lateral amiotrófica (ELA). Instante entrañable donde los haya. Pero Ron es Ron y tenía que marcar la diferencia. Todo estaba medido en el encuadre, al milímetro, pero Dennis tenía que parecer un jefe inmaculado que hace algo serio, y ahí es donde se estropea la broma y te quedas que no sabes dónde meterte... ¡Joder, si hasta da la sensación de que los cubitos de hielo habían entrenado previamente para caer en el sitio adecuado en la toma buena!

En fin, repito. Todo estaba medido para que la entente McLaren-Honda diese la campanada en Suzuka. Me lo habían susurrado al oído, me lo estaba confirmando ese pasito a pasito con que Woking llegaba al momento estelar de la temporada, pero hoy el balde de agua helada me ha caído a mí sobre la cabeza, como imagino que también os habrá sucedido a muchos de vosotros.

Los españoles entendemos el sentido del humor británico en plan inteligente, a lo Hugh Laurie y Stephen Fry, o en astracanada total, como Benny Hill corriendo detrás de un grupo de chicas ligeras de ropa. Pero lo de hoy en Japón no tiene epítetos ni en nuestro idioma, que mira que es rico. Nos ha salvado que Fernando y Jenson se han pasado un fin de semana de cachondeo pleno, lo que apunta a que McLaren venía a montarla por todo lo alto en tierras del Sol Naciente, y a que, obviamente, el chiste no ha salido todo lo gracioso que se esperaba.

Nadie sabe qué coño ha sucedido y dudo mucho que lo sepamos algún día. Pero me quedo con las palabras de Alonso: «Espero que esto sea una excepción».

La vida no es como queremos, sino como sale, así que quiero cerrar esta entrada diciéndole a Ron ¡olé tus huevos!, y recomendándole encarecidamente que no entrene tanto, porque los chistes, como las cagadas, cuanto más naturales mejor salen.

Os leo.

1 comentario:

CesponF1 dijo...

Usted cree que Mclaren le ha hecho la cama a Honda? Yo no tengo otra explicación, y si fue el caso, yo creo que fue un buen toque de atención para 2017.