lunes, 16 de febrero de 2015

Declinando a Kimi


Formo parte de ese elenco de protagonistas de lo cotidiano a los que nominalmente les enseñaron a pensar a base de estudiar el latín y sus declinaciones. 

Todavía recuerdo el rosa, rose, rosae que me grabaron a fuego en el colegio Santa María de Portugalete con más esfuerzo que fortuna. Y aunque su sentido original permanece anclado en un lugar imposible —como hacen las agujas del reloj de pie de la capilla donde se celebra la misa diaria en Gorliz, que así lo retuerzan, persiste en señalar tozudo, que siempre y a cualquier hora son las cinco menos cuarto y diecisiete—, no puedo negar ni tampoco quiero, que tal vez soy como soy gracias también a esa lengua muerta que medio me entró en la cabeza hace ya algunas décadas.

Cualquiera podría pensar que juego bien al ajedrez pero no, el noble arte de comer blancas o negras se me atraganta aunque espero perfeccionarlo cuando termine aquí... A cambio, puedo decir que se me da bastante bien la dialéctica a primera sangre.

La lógica marca los puntos débiles y fuertes del discurso, cómo de eficiente resulta tu guardia y cuán de abierta lleva la suya el rival. Y aquí quería llegar yo porque Kimi se está convirtiendo en la falsa moneda de un tiempo a esta parte ya que su nombre, de tanto ser usado para cualquier tipo de propósito, incluso los más inmundos, corre riesgo de acabar sonando a hueco y algo me dice que no existe ni una pizca de lógica en todo este asunto.

Kimi llegó a La Scuderia tras haber firmabo un estupendo año en Lotus, donde por cierto, estaba sufriendo problemas laborales del tipo no he cobrado ni tengo visos de hacerlo. Montezemolo lo llamó para espolear a Alonso en calificación y dar consistencia al equipo sustituyendo a Felipe Massa: «la alternativa de fichar a un piloto más joven no nos daba ninguna certeza en el campeonato del mundo.»

En esos instantes, el F14-T ya estaba diseñado, como sucede con todos los monoplazas de todas las escuderías, que practicamente están definidos y realizados a finales de la temporada anterior. Raikkonen no estaba ni formaba parte de la ecuación por aquel entonces militaba en Enstone, así que de suyo, lo lógico es que el Ferrari de 2014 no contemplara su ADN y sí el de Alonso y Massa, lo que convierte en una soberana soplapollez hablar de que se jodió a Kimi haciendo un coche para Fernando.

La misma majadería por cierto, que supone mirar con malos ojos al SF15-T porque se ha hecho a la manera de Iceman y no de Vettel.

Y es que la lógica siempre impone sus reglas. Rosa, rose, rosae...

Os leo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola Jose,

No es la primera vez que comento aquí que habrá disciplinas en la vida en las que sea posible y hasta deseable simplificar para aproximarnos a su comprensión. Las habrá, y no lo digo para menospreciarlas, ni mucho menos. Pero la F1, con el dinero que mueve, ni de coña.

Entonces, cómo podemos creer que se hace un coche para un piloto y al otro que le den? Por qué tener entonces dos pilotos? Hicieron la ferrari a "lo Kimi" porque Fernado ya estaba de camino a Soria? O porque cualquier filosofía de coche iba en realidad a ser a "lo Alonso"?

Yo quiero pensar que el departamento técnico evalúa esos principios básicos permanentemente a lo largo de una temporada de cara a la siguiente y que los pilotos participarán en ello con mayor o menor capacidad de convición en función de lo que hayan ido demostrando con sus comentarios día a día. Vamos, lo normal en una empresa, salvo alguna psicótica experiencia que tengo la desgracia de haber vivido.

Y, a partir de ahí, elegida la senda de desarrollo, el que sepa que lo demuestre y el que no, si ha costado mucho, ya vendrá el jefe a excusarlo, y si ha salido de saldo, patada en el culo,descrédito público y subasta de puesto.

La barra de bar, las fobias y las simplificaciones vreo que.están de más.

Un saludo a todos.

ABB