lunes, 2 de febrero de 2015

Toro Rosso STR10


Si tuviera que quedarme con un monoplaza de todos los vistos hasta ahora —todo indica que lamentablemente no habrá más—, escogería el trasto de Faenza.

Bello hasta decir basta. Delicado de cabo a rabo. Bien dibujado, bien perfilado y muy inteligente. Tanto que si decirlo no supusiera una auténtica locura, me atrevería a decir que Red Bull está probando el STR10 vestido de cebra mientras que Carlos Sáinz y Max Verstappen han tenido el honor de disfrutar en Jerez del RB11 en primicia, aunque disfrazado de Toro Rosso.

En serio, el coche italiano para 2015 podría haber estado perfectamente firmado por Adrian Newey ya que dispone de todos los elementos representativos que han distinguido la exitosa saga RB5-RB9, de los que habría que señalar sin dudarlo, el elaboradísimo tratamiento dado al fondo plano.

Incisivo en el morro, éste baja en una suave curvatura desde la cima del habitáculo hasta la punta de una nariz en forma de tabla de surf que termina por delante del frontal del alerón delantero, asegurando que el tren delantero no pierda apoyo. Va a haber mucho aire ahí que viajará sin apenas interferencias hacia unos pontones que parecen el acelerador de un incendio que se derrama sobre el difusor, y cuyo tallado inferior deja un generosísimo espacio para que los flujos laterales bajos se apliquen sobre los bordes del fondo plano.

Muy ceñido a lo que oculta su interior, necesita ventilación, pero las aberturas de los sidepods no parecen excesivas, aunque a cambio, la tronera del snorkel es la más grande que se ha visto en los últimos años...


Pare usted de contar. El drag creado por tan grande agujero, a simple vista parece ejercer su previsible resistencia al avance sobre la zona ventral y el tren trasero, lo que augura bastante apoyo en el eje posterior, que el fondo quede apretado y en consecuencia, que el eje delantero tienda a levantarse, cosa que impedirá la fabulosa arquitectura de la parte inicial del vehículo.

Estoy embelesado, enamorado con el STR10, y no pretendo ocultarlo porque como decía al inicio de esta entrada, si me dicen que es el RB11, me lo creo sin poner siquiera un pero, porque el suelo del monoplaza es el principal protagonista, como siempre le ha gustado a Adrian.

Os leo.

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