domingo, 2 de febrero de 2014

La estrella de la muerte


Hace cinco temporadas nos mostrábamos impacientes por asistir al retorno de las silberpfeile, tras décadas en las que Mercedes-Benz había permanecido ausente de la Fórmula 1 como escudería. 

El W01 pronto empezó a mostrar problemas de diseño. Devoraba gomas Bridgestone como un chiquillo puntas y suelas de zapatos, y su consecución para 2011 le iba a dar perfecta réplica aunque esta vez con Pirelli por calzado. Hambriento con los compuestos como su hermano mayor, el W02 salió además ramplón, ni chicha ni limoná, que diría aquél. El W03 de 2012, a pesar de que no había mejorado trajo consigo algunas alegrías. Con él vimos vencer por primera vez a Nico en China y por segunda vez, despedimos al Kaiser.

Tres años de fracasos después, Brackley presentó el W04, vehículo que sería conducido, como quien dice ayer, por Rosberg y Hamilton, y aunque sus primeros pasos no consiguieron desterrar el que hasta aquel entonces había sido estandarte seña de identidad de la casa, bastaron unos peculiares entrenamientos con el proveedor único de neumaticos después del Gran Premio de España y aceptar por la trastada el consiguiente castigo federativo, para que Mercedes comenzara a parecer literalmente otra sobre los trazados.

Han pasado ya unos meses de aquello pero merecía la pena recordarlo porque a día de hoy, y más tras el paseo militar que ha realizado la anglo-germana en Andalucía, la de la estrella de tres puntas ya no genera interrogantes como antaño, sino que más bien, parece deslizarse hacia la parte segura de las quinielas porque se huele en el aire que ha comenzado a meter miedo a sus rivales inmediatos y les supone en la actualidad uno de los principales enemigos a batir.

El W05 se ha mostrado sumamente solvente en Jerez a pesar de que Lewis perdiera el alerón delantero del suyo a media mañana del martes, durante la primera jornada de test. Ha sido el monoplaza que más kilómetros ha realizado y el que más ha trabajado las diferentes condiciones de la pista. En cuanto a las gomas, si bien hay que contemplar que Pirelli ha llevado a los primeros entrenamientos de pretemporada un compuesto slick especialmente desarrollado para la cita (Winter Compound), algo más resistente a las inclemencias previstas que sus compañeros de gama, cabe decir que en líneas generales, los coches de Brackley no han sufrido problemas ni incidencias, ni con las ruedas de seco ni con las de lluvia utilizadas. 

Hablábamos esta misma mañana de vibraciones más que de números en referencia a Williams, y hay que abundar de nuevo en el asunto porque si esto de las senciones jamás debe ser desaprovechado como minucia por aquello del «habrá que ver», lo cierto es que Mercedes AMG sale de Jerez no ya como digna representante de la escudería que abandonó los circuitos en 1955, sino como flamante propietaria de un estupendo W05 en cuya nose, en vez de la estrella de tres puntas característica de la de Stuttgart, cabría colocar la silueta de La Estrella de la Muerte.

Os leo.

1 comentario:

Tadeo dijo...

Me temo que hay demasiada algarabía alrededor de los equipos que pudieron rodar en Jerez, supongo que es porque saben el problema que va a sufrir este año el que no pudo hacerlo.

Pero es pronto aun, Mercedes subió a 13.000 vueltas y Ferrari a 12.000. Aun no sabemos como se comportarán a 15.000 y tampoco sabemos lo que harán con el calor residual. Con éste juega Newey, no le hace falta tanto motor si pasa más rápido que los demás en todas las curvas.

Saludos