viernes, 21 de febrero de 2014

El príncipe del desierto


Si las pretemporadas nos sirvieran a los aficionados para algo más que rellenar líneas o leerlas, o para revisar una y mil fotos o videos, o fríos datos de una tabla de tiempos, sacando de todo ese material conclusiones demasiadas veces erróneas, se podría decir que hay un rookie en la parrilla que apunta claramente al título.

Obviamente el mundo no es tan sencillo ni las pretemporadas el escenario ideal para realizar apuestas. Cada vez cuesta más y más entresacar información y si en la temporada ya es difícil jugarse los cuartos a que tal o cual cosa sea cierta, en pretemporada el asunto se pone demasiado cuesta arriba como para tirarse a la piscina incluso sabiendo que hay agua.

En fin, escribo temprano porque últimamente mis días comienzan cuando aún no ha cantado el gallo, pero cuando leáis estas letras, allá como a media mañana, las sombras que me rodean ahí fuera ya se habrán disipado. Para hoy se prevé buen tiempo, soleado, pero ahora es todavía de noche y así las cosas, pienso en el desierto donde dentro de unas horas comenzará a celebrarse la tercera sesión de entrenamientos de Bahrein. 

Allí está Sakhir, un circuito en el culo del mundo, que diría aquél, un trazado que conforme ha sido pisado por los diferentes vehículos que están participando en los segundos test de pretemporada, ha ido limpiando su trazada y recubriéndola de la siempre beneficiosa goma, lo que a la postre, ha supuesto que se haya vuelto más y más rápido y lo más importante, que durante los días de hoy y de mañana, lo sea aún más.

En este orden de cosas, si anteayer era Nico Hulkenberg sobre su Sauber C33 quien apuntaba a reventar los miedos de aquellos que prometían menos rendimiento y menos velocidad para 2014, ayer por la tarde, el joven Kevin Magnussen sobre su McLaren MP4/29, era el encargado de poner la dinamita en los cimientos de los negros augurios cuando con supreblandos clavaba la aguja del mejor cronómetro en 1'34"910, a tan sólo 2,58 segundos del conseguido por Nico Rosberg en Sakhir durante la calificación primaveral del Gran Premio de Bahrein 2013 (1’32’‘330).

Desconocemos si el MP4/29 del danés llevaba gasolina para un Zippo o en todo caso suficiente como para pasar el control de la FIA en una prueba oficial; si el McLaren era hace unas horas totalmente legal; si Kevin marcó su tiempo con viento de cola... 

Desconocemos casi todo porque las pretemporadas son un puro espejismo. La normativa baja la guardia, los equipos hacen de su capa un sayo, se utilizan cosas que no se volverán a utilizar, pero quedan las sensaciones y las de hace unas horas son buenas. Buenas porque al final, 2014 podría ser un año en el que las prestaciones podrían ser mayores que en temporadas anteriores a pesar de las supuestas limitaciones aerodinámicas. Buenas porque McLaren podría volver a estar arriba. Buenas porque el MP4/29 parece por fin un challenger con posibilidades. Y buenas, para terminar, porque el jovencísimo rookie Magnussen, el nuevo príncipe del desierto, podría llegar a eclipsar a Lewis Hamilton en su estreno.

Pienso también en Jenson, pero toca ir a desayunar.

Os leo.

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