Con
la presentación oficial del MR01 se cerraba la pasarela y yo me quitaba
un peso de encima, ya que cuando se habló tanto de los cambios
radicales que iban a suponer las nuevas medidas adoptadas por la FIA con
aquello de la nueva altura del morro, sin querer anduve imaginando un
Marussia, sin saberlo, claro, y el advenimiento del coche de la rusa me
ha despertado de la pesadilla de que pudiera estar perdiendo facultades.
Dicho
esto, el diseño del MR01 coge el toro por los cuernos de la normativa
entendiendo las carencias que supone andar escaso de presupuesto, y
resuelve el asunto por la tangente, nunca mejor dicho.
Como en el caso de HRT, no estamos ante un vehículo que pretenda sacar chispas, sino que atiende más bien a resolver la papeleta de abandonar (en este caso) el último lugar de la parrilla, y nada mejor para ganar unas décimas con un propulsor tan económico en prestaciones como el Cosworth, que procurar por todos los medios reducir a la mínima expresión la resistencia al avance.
Como en el caso de HRT, no estamos ante un vehículo que pretenda sacar chispas, sino que atiende más bien a resolver la papeleta de abandonar (en este caso) el último lugar de la parrilla, y nada mejor para ganar unas décimas con un propulsor tan económico en prestaciones como el Cosworth, que procurar por todos los medios reducir a la mínima expresión la resistencia al avance.
No
estoy negando que en Marussia hayan trabajado el suelo y el difusor,
son necesarios y entiendo que habrán sido optimizados para desempeñar su
labor como buenamente puedan, pero es en el diseño de la carrocería
donde encontramos la solución maestra, puesto que nos hallamos ante una
flecha a la que se han adjuntado unos pontones y el resto de cachivaches
que definen un monoplaza.
Así,
el morro parece la punta de un misil que nace en el comienzo del
habitáculo y termina en la nariz, siendo el encargado de hendir el aire
para llevarlo hacia el centro del volumen del vehículo y que allí sea
gestionado para que salga por la parte de atrás, produciendo el menor
número de complicaciones posible.
Como por debajo de la nose hay un espacio razonablemente abierto por la forma en cuña del morro, la zona del splitter
y la quilla se señalan como las encargadas de gobernar los flujos
inferiores para que lleguen organizados al difusor, previo paso por unos
pontones bastante rotundos en sus perfiles laterales.
Por
arriba, todo es continuidad desde la parte media del MR01. Terminado
bajo de los pontones, buen fundido con la carcasa cubre motor, y unos
escapes convenientemente situados para arrastar lo que llegue por encima
y por los lados, garantizando así que la zaga esté bien alimentada de
aire aunque no tanto de calor.
En líneas generales, el Marussia MR01 no deja de parecer un coche pobre y poco elaborado que ha aprovechado la normativa más para ganar en velocidad que para asegurar un buen paso por curva, pues es consciente de sus limitaciones y de que mal que le pese, sigue llevando al enemigo dentro. Y es que ya se sabe: ¡si hay que ir se va...!
En líneas generales, el Marussia MR01 no deja de parecer un coche pobre y poco elaborado que ha aprovechado la normativa más para ganar en velocidad que para asegurar un buen paso por curva, pues es consciente de sus limitaciones y de que mal que le pese, sigue llevando al enemigo dentro. Y es que ya se sabe: ¡si hay que ir se va...!
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