sábado, 29 de octubre de 2011

El libro de la selva


Bernie tiene la facilidad de insinuar que nos lleva a cualquier parte del globo con su F1, para demostrar una y otra vez que lo que pretende es que no nos movamos de casa. Nos lleva a Turquía, un ejemplo, y no vemos Turquía por ninguna parte, sólo vemos a su amigo Tilke. Nos lleva a Abu Dhabi, y lo mismo, vemos de nuevo a Tilke. 

Bernie nos lleva a Singapur y apaga la luz de manera que podríamos estar en cualquier moderna ciudad cosmopolita sin que nos demos cuenta, porque Tilke es patrimonio del mundo, ubicuo, transfronterizo, universal y asimilable como Lagy Gaga, vivo exponente de este occidente supremo que no se siente caduco y sigue erre que erre colonizando lo que toca porque se cree el quinto jinete del apocalipsis.

¿Vimos Corea en Yeongam? Ni falta que nos hacía. 

Le ha tocado a India, y aquí que Hermann se ha soltado el cabello para demostrarnos que sigue teniendo ideas auténticas a pesar de los años que lleva a sus espaldas. Como Frank Lloyd Wright, ha esperado a sentirse maduro del todo, a que le diéramos por acabado, para regalarnos un poema escrito sobre una página rota con pluma precisa, lleno de curvas inteligentes, de desniveles y escapatorias que encajan... Pero no está India ni se la espera.

Plantado en mitad de la nada india, Buddh International Circuit parece firmado por un mago. Un primer sector calibrado a tiralíneas que sube para declinar en cuesta. Un segundo que se antoja correoso y exigente, que culmina en una 8 turca perfectamente colocada, aunque a derechas, para que no se note. Y un tercer sector que sirve al segundo del que nace y al primero en que termina, con enlazadas rápidas, de ensueño, algunas casi ciegas, donde exprimir los monoplazas mientras Mowgli, Bagheera y Baloo se divierten y aplauden en las gradas.

¿E India, dónde está el país de Rudyard Kipling, de Ghandi o de Buda? ¿Dónde están los pobres, los secarrales, la madre Teresa de Calcuta o el Ganges? ¿Dónde se retrata uno de los países más poblados de la Tierra? ¿Dónde podemos asistir a esa ópera coral que supone su convivencia...?

India se abre paso y pilla encuadre, llenando la noche de gritos de monos y rugidos de bestias, sembrando el trazado con ese polvo mileranio que tanto nos molesta, anunciando su peligro inmanente en forma de serpientes, ratas y murciélagos. Avisando a Tilke de que se mueve en la linde del reino del tigre, susurrándole al oído que tenga cuidado porque con ella no se juega.

2 comentarios:

Felipe Reyes dijo...

Eso mismo pensaba viendo la calificación. Acertadísima reflexión.

Saludos.-

Jose Tellaetxe Isusi [Orroe] dijo...

Felipe ;) Es que da lo mismo dónde esté el circuito :P Y eso que Buddh le ha salido a Tilke bastante bueno XDDD

Un abrazote

Jose