jueves, 3 de septiembre de 2009

Lotus 72D


Al hilo de lo que comentaba anteayer me ha dado por mirar hacia hacia el pasado. Cosas que tiene el hastío y la redundancia, que te adormece las neuronas y terminas por no ver más allá de la punta de tu nariz, con lo malo que resulta; y como no es cosa de adormecerse cuando te ordenan que duermas, aprovechando los ratitos muertos en que el teléfono descansa y el trabajo me lo permite, ando echando la vista atrás, deleitándome con algunos videos de carreras de principios de los 70, de un poco antes de que yo comenzara a sentir tilín por todo esto, y lo he visto varias veces, culeando en la salida de una curva o abriéndose paso a la entrada de otra…

Cuando tuve uso de razón, conciencia, o como queramos llamarlo, el coche negro de la fotografía que decora esta entrada, me quitaba el aliento —bueno, el que me lo quitaba no era exáctamente éste, sino uno parecido, evolucionado o retornado a los orígenes, pues la saga del Lotus 72 dio para mucho—, y la razón se alternaba entre lo magnético que me resultaba su espartana y medieval decoración, negra con letras y símbolos dorados, ¡ahí es nada!, y el miedo que me producía como constante amenaza a mis Ferrari del alma. Había otros, BRM, McLaren, los Tyrrell de Cevert y Stewart, etcétera, pero este soberbio espectáculo sobre ruedas siempre me pareció algo especial cuando lo veía retratado zumbando sobre el asfalto.

A lo que iba. Estos días en los que estoy un poco hasta las narices de que tanta bambalina, aerodinámica, dinámica de fluídos, tanto simulador y tantos despachos, hayan convertido un hermoso deporte en un auténtico bodrio, mirando a vehículos como el Lotus 72D me ha dado por pensar en por qué demonios ha cambiado todo tanto, y a tan malo, como decía aquél. Mi abuela, a quien no menciono desde hace mucho, diría aquello de: «para este viaje no hacían falta alforjas», y como era habitual en ella, también en esto llevaría razón.

Aquellos cacharros eran como cajitas de cerillas adosadas a cuatro ruedas, sus reglajes podría hacerlos cualquiera con los ojos cerrados (que fueran acertados o no es otra historia, pero configurarlos resultaba muy asequible salvo que fueses un perfecto manazas), y su sencillez me resulta ahora poética, de una claridad meridiana cuando la enfrento a la complejidad de los monoplazas actuales, y por eso me encandila aún más. Sea como fuere, sencillos, poéticos, la cosa pasa porque cuando aquellos coches corrían sobre la pista, ofrecían espectáculo porque dejaban que se notara que estaban conducidos por hombres, y no por algoritmos o estrategias… Y lo que me parece mejor, porque eran monstruos desatados que necesitaban una auténtica alma que los gobernase, y que lo hiciese sin ayudas, asumiendo el riesgo, sin espacio para titubeos.

No me enrollo. Viéndolo de nuevo estos días, confieso que he descubierto que mi temor al Lotus 72D, o cualquiera de sus secuelas, no era un miedo adolescente. Aquel trasto tenía algo especial que yo ya era capaz de vislumbrar, pero que sólo el paso de los años me ha permitido apreciar en toda su intensidad.

10 comentarios:

Wallias dijo...

El avance exponencial del conocimiento y tecnología está acabando, exponencialmente, con este deporte.

No se si iban los tiros por ahí, pero yo creo que más o menos...sí.

Jose Tellaetxe Isusi [Orroe] dijo...

Pues, sí, Wallias, me temo que sí ;)

Un abrazote

Jose

csm dijo...

Josetxu !!!
La estética del Lotus 72 y, sobre todo la del 78, siempre me ha parecido inigualable...sin parangón XDDD...y ya, si veo la foto de Colin Chapman agachado sobre el monoplaza, con sus cascos y esos cronómetros "medievales", dando las últimas instrucciones al piloto...ni te cuento...siempre me ha gustado muchísimo. Lástima que entonces no seguía la F1 XDD.
Muy bonito artículo !
Un besote

Tadeo dijo...

Buenas noches

Lo que parece claro es que la nueva F1 no nos gusta demasiado, pero lo peor es que no podemos hacer nada para cambiarla, o si, pero yo no se como.

Animamos a un equipo, a un piloto, endiosamos a un ingeniero, y al final te viene la momia y te truca el campeonato con el permiso de todos los equipos, y eso es lo que yo no soporto.

¿Como hacer una FIA independiente si precisamente es la FIA la que está en manos de BernieMomia? un buen organismo regulador nos quitaria la mitad de los problemas, pero quizas sus miembros pasaran de ir al Hilton al hostal de la esquina, y por ahí no van a pasar.

Lo que cuenta el amigo Wallias es para leerlo con calma, pero una vez lo razonas lo primero que dices es: pues claro, ¿como no se me habia ocurrido? los milagros no existen. Aqui lo unico que existe es la cartera de BernieMomia.

Saludos

J-CAR dijo...

¡Que nostalgia! Cuando todo parecía simple y las aguas corrían cristalinas...
“Esta vez tiré el gorro a los mil demonios antes de que Mario cruzara la meta victorioso. Lo hice cuando superó a Watson en la última vuelta, cuando la esperanza del triunfo ya me había abandonado. Cuando corría desesperado por los boxes hacia la llegada esperando ver un final que aparentemente no se nos quería dar. Y mientras, sudoroso, temblando, abracé a Mario apenas se bajó del Lotus, me acordé momentáneamente de la bronca de dos semanas antes en Suecia, cuando tuvimos que resignarnos al quedarnos sin combustible. [...] La calidad con que remató la carrera me hizo recordar – es dolorosa mi memoria - las hazañas de Jim y Jochen. Me volvió la alegría al cuerpo. Ese pedazo de vida que se fue con aquellos amigos. [...] y Mario le enseñaba el morro por izquierda o derecha. Así hasta que casi me caigo de espaldas cuando lo pasó. Las tribunas se vinieron abajo. Los franceses gritaban “Allez! Allez!” Yo corría hacia la llegada y al pasar por el box de Bernie lo vi colorado, con los ojos entrecerrados y balbuceando. La misma imagen tenía yo dos semanas antes. Así son las carreras. (Dijon´77)”
Yo también pasé las vacaciones echando la vista atrás y la forma de escribir de Colin Chapman me recordaba cierto blog que no podía leer.
¡Saludos, Mago!

winarthez dijo...

Haciendo una reflexión acerca de tu exposición, me gustaría comentar mi caso particular: Resulta que yo, al nacer en 1980 y al ir ganando años, me he quedado con la sensación de haberme perdido cosas importantes (supongo que a todos os pasa), y sobre todo, en el mundo del motor. Lo único que recuerdo de los grupo B es algún Lancia Stratos en el Rally de mi Orense natal, y en el caso de la F1, mi primer recuerdo es de aquellos Ferrari en blanco y negro con el 27 y el 28 en el morro. Mi primera carrera de F1 en vivo ha sido montmeló este año, y aunque ha sido una de las mejores experiencias de mi vida, me ha quedado una sensación agridulce, con motivo del comentario de un amigo con el que fuí: "si esto suena así cómo serían los V12".

Todo este tocho viene a cuento de que la razón por la que has bautizado a tu blog "Nürburgring" así como cada vez que voy un rallie buceo en la lista de inscritos esperando encontrar algún MKII o similar, es que sabemos que lo que hay ahora no es lo mismo que nos enamoró de este deporte. No sé si te servirá de consuelo, pero por lo menos, la época que añoras, las sensaciones que hayas tenido, es algo que siempre se cadará contigo y ni el puto Max ni el puto Bernie te lo podrán quitar, aunque seguramente les gustaría, para hacernos pensar que lo de ahora es lo más de lo más.

Un saludo

Aficionando dijo...

Qué pequeñitos eran esos monoplazas. Yo al Lotus le llamaba el Yonplayer. Claro que yo era un niño y mi bólido favorito era el Mach 5 de Meteoro.

Mario dijo...

Este fin de semana escuché una entrevista a Antonio Zanini en un programa de radio. Hay que decir que Antonio no se corta un pelo aunque tenga un micro delante, y que imprime a sus opiniones una agudez mental comparable a la precisión con la que piotaba cuando estaba en activo. Pues comentaba que, en su opinión, había que quemar TODO el automovilismo actual y rufundarlo después en algo que no se pareciese en nada al que tenemos actualmente.
Yo creo que estaba pensando es cosas como las que se comentan en este post; y que tiene razón el razón el maestro.

fanatico.formula1 dijo...

Sr.Orroe, con su teoría Felipe Massa se habría matado en Hungría, Fisichella en Monza y Kubica en Montreal...
No viví aquellos años de los 70 pero no creo que tener muertes nos aporte nada.

Jose Tellaetxe Isusi [Orroe] dijo...

Buenos días a todos ;)

Concha ;) Bueno, consuélate pensando que tal y como van las cosas, al final lo mismo volvemos a ver espectáculos como el que comentas, aunque los protagonistas sean otros ;)

Tadeo ;) Sí, es un sentimiento muy generalizado que empieza a ser preocupante. Y ya he contestado a Wallias en la anterior entrada, porque con este tipo de perspectivas las cosas resultan mucho más claritas.

J-Car ;) Se agradece la comparativa XDDDDD

Winarthez ;) Lo mejor de todo esto es que es posible encontrar cauces para que compartamos lo que vimos y sentimos, y como le decía más arriba a Concha, a lo mejor esos tiempos vuelven por puro empacho con los nuevos ;)

Aficionando ;) ¡Yo también XDDDDDDD! ¡El Yonplayer! XDDDDD Y lo de Meteoro me trae recuerdos de chocolate con pan XDDDDD ¡Joder, qué tiempos más bonitos! ;)

Triske ;) ¿Donde hay que firmar para sumarse a lo dicho por Antonio? ¿Dónde? XDDDD Qué razón, lleva él y llevas tú recordando sus palabras, habría que empezar de 0, pero ya, sin esperar a nada más ;)

Un abrazo a todos

Jose