Anotación

Recién estrenado el otoño de 1990, el mejor calificador de todos los tiempos, Ayrton Senna (McLaren), clavaba la aguja del cronómetro en 1:18:387 a su paso por línea de meta en el circuito gaditano de Jerez de la Frontera, logrando la pole position por delante de Alain Prost (Ferrari) tras realizar una vuelta perfecta.

Aquel trazado era algo más corto (210 metros, más o menos) y 1990 queda muy lejano, pero la referencia sirve porque ha llovido mucho y este año que ya acaricia la primavera tiene en común con aquél que los coches que andan corriendo sobre el asfalto andaluz han perdido buena parte de la parafernalia aerodinámica que los convertía en cohetes pegados al suelo, circunstancia que había hecho de las carreras un asunto bastante aburrido. También han perdido potencia, y si me apuráis, sangre de la buena en las venas de los actuales pilotos… Bueno, no en todos, porque hoy el Nano ha querido rubricar su excelente pretemporada (currada, medida y enfocada a aflilar el monoplaza) rompiendo la mítica marca con su ornitorrinco, y a pelo (1:18:343).

Si ayer mencionaba que 1 segundo era la referencia a batir, y que tras acabar a 5 décimas largas del Brawn de Barrichello la cosa estaba a tiro y el resto quedaba en sus manos, esta tarde Fernando lo ha demostrado rompiendo en pedazos la barrera insalvable que habían levantando los bólidos de Brackley, abriendo brecha y levantando la veda, sin psicólogo ni Uri Geller, sólo soñando que podía hacerlo y fijando claramente el objetivo.

Y alguien me dirá que tal vez exagero cogiendo por los pelos el asunto de hoy para acercar forzadamente la figura del asturiano a la de Senna, pero no se trata de eso, porque nuestro compatriota cada vez se parece más a Alain Prost, y quería destacarlo, porque aunque tiene un talento descomunal que el tiempo dirá si es parejo, mayor o menor que el del brasileño; cada día destaca más por su inteligencia y voracidad sobre la pista, por cómo estudia el comportamiento de sus contrarios y por cómo evoluciona para batirlos, peculiaridades, que con permiso de los seguidores del paulista, han sido, son y serán, las señas de identidad que hicieron inmenso al francés.

Os leo.

PD: El poeta Johann Christian Friedrich Holderlin dejo escrito en los estertores del siglo XVIII: «El hombre es un dios cuando sueña y un pordiosero cuando reflexiona», y como tiene plena vigencia, quería dedicar esta pequeña entrada al esfuerzo que están realizando por llegar al quiosco a tiempo unos cuantos canallas a los que he leído y devorado durante años, y que han renunciado a la cabecera de Grand Prix Internacional para dar luz a una nueva. Manuel Vega, Jacobo Vega, Victor Seara, Charly Barazal, Carlos Miquel, David Plaza, y los que se han embarcado con vosotros… ¡os estamos esperando, vuestro sueño es también el nuestro!