sábado, 8 de noviembre de 2008

¡Rosso, Felipe, siempre rosso!


Si Leónidas y sus 300 hubieran sobrevivido, si hubiera sido posible inmortalizarlos tras su derrota en la defensa de las Termópilas, habrían ofrecido una instantánea similar a la que pudimos observar en el podio de Interlagos. Porque mientras Jerjes saboreaba su victoria revoloteando insulsamente bajo la bandera inglesa, unos metros más arriba se desarrollaba una de las imágenes más brutales e impactantes del año: el bicampeón mundial Fernando Alonso y el campeón mundial Kimi Rikkonen custodiaban con su silencio a Felipe Massa, rindiéndole severo homenaje.

La prensa internacional, y la nuestra, ajenas todas ellas a dar importancia a lo que realmente la tiene, han destacado en negrita que el podio parecía un funeral. ¡Idiotas! Momentos antes, un Felipe confundido agradecía el esfuerzo realizado a su equipo, entre sollozos. Con los ojos inundados de lágrimas se quitaba el caso y recorría el breve trayecto hasta el altar donde iba a ser inmolado. Sobrepuesto, demoraba el inevitable momento adelantándose para golpearse el pecho y dedicar el infructuoso esfuerzo a su afición. Hierático escuchaba el himno brasileño, y las notas del Fratelli d'Italia en honor de Ferrari. Roto, con la mirada perdida, se fundía en un abrazo con el hombre con quien discutió acaloradamente en Nurburgring el año pasado…

La prensa internacional, y la nuestra, ajenas todas ellas a considerar que los pilotos son seres humanos, han destacado el amargo sabor de la derrota. ¡Necios! Kimi y Fernando, Fernando y Kimi, se habían convertido en Felipe, haciendo suyo su fracaso. ¿Cabe mayor tributo? Me temo que no. El hombre que había iniciado la prueba no era el mismo que la terminaba. Massa había visitado el infierno y había vuelto de su viaje iniciático con el corazón herido y sangrando sabiduría, y allí estaban los últimos tres títulos mundiales para certificarlo de manera respetuosa.

Si yo fuera Hamilton, que no lo soy (ni falta que me hace), envidiaría la rúbrica que se celebraba a escasos metros sobre su cabeza, porque un campeón mundial debe ser reconocido como tal, y él sólo obtuvo un sonoro desprecido porque el drama que afirmaba la auténtica gesta no lo contemplaba.

¿Qué buscaba con su mirada ida Felipe? ¿Qué consuelo trataba de encontrar? ¿En qué pensaba cuando su enemigo declarado le rodeaba por la cintura para acurrucarse en su regazo y desaparecer bajo sus brazos…? ¡Dios, pagaría por saberlo!

Si viviera il Comendatore, estoy seguro de que le habría pedido disculpas, como se las pidió a Michele Alboreto. Ferrari le debe una a Felipe, y aunque dudo mucho que pueda resarcirle, y aunque lo hiciera, la deuda de 2008 jamás podrá ser borrada.

Sin embargo, si pudiera le diria a mi Felipe que se consuele, porque se ha consagrado de puntillas, sin quererlo. Sí, es cierto, ha perdido un campeonato pero se ha ganado el profundo respeto de todos, escenificado en el soberbio comportamiento de Kimi y Fernando. Ha doblado la rodilla, se ha partido los dientes, se ha roto la cara, ha mordido el polvo, pero en pago a su esfuerzo ha obtenido un reconocimiento que para sí quisieran muchos de los grandes, y que lo diferencia del gilipuertas que bailaba enloquecido unos metros más abajo.

Sí, Felipe, mi Felipe, se ha ganado con esta pérdida un lugar en el Olimpo de la F1 que la historia jamás podrá arrebatarle, porque la derrota honrosa está al alcance de muy pocos.

PD: Concha, es tuya.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Brutal, Jose, brutal, qué razón tienes.

Anónimo dijo...

Joder qué bien lo has puesto. A mi se me pusieron de corbata y no sabía por qué. Osti, que a tu Felipe le estaban rindiendo tributo los campeones de los tres ultimos años. Se me pone la piel de gallina.

csm dijo...

SI SEÑOR, ESA ES LA FOTO...!!! DESTILA UNA EMOCION BRUTAL.
(LA TENGO COLGADA EN UNA PARED CON OTRAS JOYAS ...)
BESTIAL JOSE !!! NO HAY PALABRAS MEJOR DICHAS QUE LAS QUE TU YA HAS ESCRITO. BUENISIMO ARTICULO PARA UNA FOTO QUE RESUME TODO.
El pie de esta foto, para la posteridad, debería ser siempre este tuyo:

porque la derrota honrosa está al alcance de muy pocos.

Un abrazo y enhorabuena por tus posts ;)
Concha

Anónimo dijo...

Excelente post, y una foto para la historia. Me quito el sombrero. Enhorabuena, Jose.

Unknown dijo...

Como ya sabéis trabajo en Alemania(cuando estoy allí no tengo ñ), lo que no os he contado es que mis compañeros son una amalgama de nacionalidades en las que hay mayoría de ingleses. La mayoría de ellos son seguidores de la F1 y después de mucho discutir he llegado a la conclusión (más que nada porque ha salido de sus labios) que les da igual que haya sido por los pelos o que con los números y las acciones en la mano, el niñato está muy verde y se le puede atragantar como el año que viene salga un piloto con coche(mas equipo) y que no cometa errores. Respuesta; que tengo razón pero que es muy joven y tiene tiempo de aprender y que les da igual como haya ganado. Lo importante para ellos es que ha ganado. Estaban tan necesitados y se había formado tal parafernalia alrededor del niñato que todo lo demás les da igual.

Yo sigo pensando que sólo por ser consecuente a la forma de ganar el mundial, me habría controlado en las celebraciones y, si hubiera tenido un mínimo respeto a su oponente en este duelo, no hubiera montado el numerito.

Me quedo con tu frase o con tu idea, Felipe ganara o perdiera el campeonato, ha sido reconocido como merecedor de tal título por los dos últimos campeones. No caben más palabras a esa imagen.

Soberbio, Jose ;)

Saludos a todos