A Michael Schumacher jamás le ha ocurrido, a Valtteri Bottas tampoco, y, por qué no decirlo, menos a Fernando Alonso, pues el asturiano es alumno aventajado de la escuela del Kaiser y tiene la preparación física y mental como objetivo metido entre ceja y ceja, pero Lewis es Lewis y manifiesta sus rutinas desde que se hizo novio de la hija de Mansour Ojjeh en verano de 2007.
Dejó la relación con la susodicha de uno de los dos propietarios de McLaren después del Gran Premio de Australia de 2008, como quien dice, recién firmada su renovación por el equipo inglés hasta 2012, y desde entonces siempre ha sido igual: en cuanto tiene el contrato en las manos se relaja, se relaja mucho, tanto que sus peores inicios de temporada suelen coincidir con la firma o ampliación de un nuevo periodo contractual.
No falla. Los viejos del lugar sabemos de sobra que tras la firma de un juevo contrato Lewis se desinfla. Sucede siempre y no parece que haya que andar buscando tres pies al gato al asunto, porque, en tres o cuatro carreras, el ahora heptacampeón recobra el tono y no hay quien lo pare.
Y bueno, ha sorprendido su rendimiento ramplón en la primera jornada de test en Bahrein y cabría decir que se debe a que ha firmado tarde su renovación, incluso exponiéndose a que los chiquillos te llamen pollavieja o envidioso. Pero todo vuelve a encajar, de nuevo, otra vez, a pesar de que los expertos barnizan este comportamiento hablando del coche, que si va mal de delante, que si no tiene estabilidad, que si tal; y lo blanquearán posteriormente aludiendo a lo comprometido que se ha mostrado Hamilton con el desarrollo.
Entre 2013 y 2016 el desarrollador era Nico Rosberg, y desde 2017 se llama Valtteri Bottas, básicamente porque Lewis jamás está para estas fiestas, ni siquiera lo estuvo en 2007, pues anda el hombre para sufrir durante estos periodos mientras comprende el monoplaza, y luego, para sobrellevar el golpe de adrenalina que le ha provocado el esfuerzo.
Os leo.
2 comentarios:
Ésto es mejor que la " prensa Rosa"
Añadámosle que la tierna psique de Jaimito necesita de mimos, adulación y demás vientos a favor, al igual que su primo Sebas.
Ahora mismo aún no se ha recuperado del huracán Russell. Le ha costado sus milloncejos.
Bueno nada, que es pretemporada. No se puede hacer mucho caso.
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