jueves, 21 de febrero de 2019

Me gusta Kimi


Uno agradece que los baluartes de lo nuestro sigan apuntando a las cosas obvias, candentes, que proporcionan clics con los que amortizar las minúsculas inversiones que don Google solicita a cambio de poner el producto en lugar visible de su buscador. De no ser así, doy por seguro que alguna de nuestras mentes preclaras habría tenido la ocurrencia de hablar de Kimi, y no, como vengo diciendo, hemos tenido suerte en este aspecto: el finlandés y sus evoluciones en el circuito de Montmeló han quedado para comida de peces en redes sociales...

Y el caso es que Iceman lo ha hecho francamente bien al volante del Alfa Romeo C38 dorsal número 7, sobre todo si consideramos que para algunos sectores continúa siendo un piloto sobrevalorado.

Bueno, luego te encuentras con que en uno de esos actos de autoflagelación pública que tanto gustan a la chavalería y a la no tan chavalería, quien más, quien menos, confiesa que de mecánica y aerodinámica va bastante justito, o en caso excepcionales, con sentencias que aluden a lo complejo que resulta todo y a que para hablar de eso hay que ser ingeniero como poco, todo con tal de evitarse quebraderos de cabeza aunque sobren fuerzas para insistir en que Kimi hace tiempo que debería haberlo dejado.

Seré raro, pero veo al de Espoo en un excelente estado de forma. Vale, soy kimista, pero lo cortés no quita lo valiente, que sé que nos entendemos, ya que también soy de mi Felipe y pedí para él tiempo muerto con toalla dándole aire en la esquina del cuadrilátero. No es el caso, obviamente. Raikkonen ha hecho de segundo piloto con Fernando y con Sebastian y aquí cabe muy poco pespunte. Eres el segundo de la fila y te toca hacer de segundo de la fila, incluso cuando Montezemolo te llama para espolear al asturiano en clasificación sin avisar de que en 2014 tocaba tartana.

Kimi me encanta porque es un tipo sincero. Aquel año, por ejemplo, creo que era abril cuando anunció que no contasen con él para el campeonato. De 2015 en adelante la cosa ha sido diferente, Vettel era la estrella y a él le tocaba hacer de estrellado, y lo digo con la mano en el pecho, porque si hay que decirlo se dice y no pasa nada.

En Alfa Romeo también es diferente. Iceman se encuentra cómodo y se nota en cómo ha acariciado las curvas de Montmeló esta semana de entrenamientos de pretemporada. Sin presión —no le hace falta ni le afecta, la verdad—, el chaval de Minttu me recuerda al piloto de Renault cuando Enstone estaba bajo la sombra de Gerard Lopez. El nórdico cobraba parte de su sueldo en base a resultados y el jodido los buscaba con ahínco, hasta que dejó de cobrar, claro.

No sé cómo estará su tema contractual con Hinwil, pero como decía antes: le veo estupendamente, lo que teniendo en cuenta lo monstruito bueno que ha salido el C38 cosecha 2019, puede ser indicativo de que los kimistas lo vamos a pasar francamente bien esta temporada, y que más de uno tendrá que reconsiderar lo de sobrevalorado como apellido de Kimi, básicamente porque la profesión periodística y la guruería rebosa de chicas del 17 de la plazuela del Tribulete...

De dónde saca pá tanto como destaca...

Os leo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hombre! Hamilton, Bottas... Los niños de Redbull... En algún GP tocará remontar. Allí estará el finlandés. Separando buenos, malos, guapos y feos.

Diferente carabela pirata, mismo pabellón.