viernes, 3 de noviembre de 2017

Los puritanos


Bueno, los british están tan contentos de haberse conocido con esto de que Lewis haya conseguido su cuarto entorchado, que no han tenido mejor ocurrencia que llamar épica a aquella cosa que sucedió cuando su compatriota consiguió el primero de su carrera en Brasil 2008.

Tengo tarde noche apretadita. El día ha sido productivo, las abuelas han declarado tregua y he sacado mi estampita de Blas de Lezo para entonarme, ya que si los británicos son tan gañanes como para ensalzar aquel truño de carrera con la intención de sustantivar una de las peores temporadas que he visto, creo que estoy legitimado para defender los buenos usos y costumbres, no sea que la chavalería se me vuelva loca y pierda el poco paladar que le queda.

2008 fue una campaña mala de cojones, así, con todas las letras. Las escuderías se habían concentrado en preparar 2009 y sus numerosos y prometedores cambios, ERS (Energy Recovered System) incluido, de forma que los vehículos eran un mero pasado a limpio de los monoplazas de la sesión anterior, un simple trámite, para que nos entendamos.

Hamilton venía de haberse quedado a las puertas de un título que había peleado con Fernando Alonso atado de pies y manos, que le había birlado Raikkonen en el último suspiro. Dennis, previsor él, había cubierto el hueco dejado por el español a su salida de McLaren con la incorporación de Heikki Kovalainen, ex Renault, un piloto buena gente que aceptó el plan para 2008 porque no le quedaba otro remedio. En Alemania, por ejemplo, no hizo falta que nadie le dijera por radio «Lewis is faster than you» para que se apartara dócilmente. En China se mosqueó un poco, eso sí, pero porque le habían montado las ruedas de su compañero, como lo leéis...

Fue tal el papelón del finladés que al pobrecico sólo le dediqué una entrada en toda la temporada [La ingenuidad es un grado], cosa de la que me he arrepentido siempre. Posteriormente le hice otro texto [La felicidad de Heikki], pero ya era tarde para los dos.

A lo que vamos. Ron pasaba del culo del Mundial de Marcas porque había sido castigado en la esquina de reflexionar por el espionaje a Ferrari durante 2007, y como la multa correspondiente se pactó que se pagaba a cuenta de lo que lograba la de Woking en 2008, como que al boss todo esto de la lucha por el de Constructores se la traía literalmente al pairo en aquella etapa. Hamilton se encargaba de todo, que es a lo que vamos, tanto que en Canadá se permite dar por el fly a Kimi en la salida del pitlane porque no ve el semáforo en rojo y llega a Interlagos disputando la corona a mi Felipe con 7 miserables puntos de ventaja, en un escenario en que BMW ha desistido hace tiempo de luchar cuando tenía todo para ganar y sobresaliendo al final por 1, es decir, dejándose 6 puntos en un puñetero circuito.

Imaginaros lo que supone llegar a la última prueba del campeonato sin rivales conocidos y en lucha reñida con un tipo al que Kimi tiene que esperar en Shanghai —es así; juro por lo más sagrado que el de Espoo se ve en la obligación de ayudar a su compañero rebajando el ritmo en China—. Bien, Lewis clasifica tercero en Brasil. A ver, lo repito: uno de los mejores calificadores de todos los tiempos queda tercero detrás de Massa y Trulli en un prueba que los british nos venden ahora como crucial. ¡Épica, dicen!

No contento con eso, Hamilton queda quinto al final de la carrera. ¡Quinto!, y no es sexto porque al pobre Glock, su escudería (Toyota) le deja en pista desamparado con gomas de seco cuando aún llueve...

A ver, no hay nada malo en que tus cuatro campeonatos, entre pitos y flautas, sean un poco castañones. Ya decía Senna que todos los años hay un campeón, pero no siempre hay un gran campeón. Pero hablar de épica en Interlagos 2008 supone ciscarse un poco en lo que no está escrito por mucho David Coulthard que lo narre.

Si luchas con un manta y le vences, eres un manta mejor, no un poeta de estirpe, no sé si lo veis.

2008 resultó cutre de cojones. Si se hubiese eliminado Singapur después de lo que supimos al año siguiente que había acontecido en la carrera asiática, por ejemplo, el triunfador absoluto habría sido mi Felipe. El paulista estaría más feliz que unas pascuas y Lewis sólo sería tricampeón del Mundo en la actualidad. Sinceramente no sé qué es mejor ni qué peor, lo que sí tengo claro es que en la puñetera vida sacaría pecho por aquel título, ni mucho menos, por la forma agónica en que se consiguió.

¿Lewis fue el mejor? Sin duda, pero por un punto frente a Felipe Massa y en el último suspiro. Que no vengan los puritanos a contaros otra historia ahora. Si hubo algo de épica en aquel episodio, la puso Antonio Lobato, capaz de desgañitarse narrando la consecución de un triunfo que no merecía el esfuerzo.

Os leo.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué mala es la memoria y qué bueno eres Maestro

Lastra dijo...

Bueno jose, para ser justos Lobato le echó prosopopeya mientras creyó que Felipe era campeón; cuando se dio cuenta que no ya perdió un tanto de empuje... xDDD

enrique dijo...

El titulo del 2008 lo gano en 2007. Fernando le dejó un coche campeón. Si no fuese por las entrevistas a Massa y su empeño en querer recordar lo de Singapur, la prensa pasó pagina rápidamente. Otro mundial con asterisco.

Anónimo dijo...

Buenas Jose. Una pequeñita rectificaciòn, a Kovalainen SI Le dijeron la famosa frase de "Ham es más rápido que tu" pars que se apartase. Es uno de l9s argumentos de Ferrari cuando los acusaron a ellos al año siguiente

Marta

chema dijo...

La carrera de Singapur le costó el título a Felipe, una pena pues firmó una temporada excelente.

Keskus dijo...

Fíjate cómo fue la temporada que los ingleses nombraron a Alonso mejor piloto cuando estuvo media temporada peleándose con ese Renault. Y lástima lo de BMW, habría sido muy bonito que hubiera ganado Kubica (y Tony Cuquerella)