domingo, 23 de abril de 2017

Gonzalo Basurto


El oficio de bloguero es más jodido de lo que pensáis. Hay días, cómo hoy, en que da por el saco ponerse a luchar con el espacio en blanco con la intención de rellenarlo de letras sabiendo que hay un pequeño que ha perdido la vida hace tan sólo unas horas mientras buscaba labrarse un pequeño lugar aquí, entre todos nosotros. 

Parece fácil de resolver este crucigrama, ¿no? Dejas de escribir porque no te apetece un pimiento y santas pascuas.

Pero las cosas no funcionan así, nunca funcionan así. Y entonces piensas en que si sigues lo que te aconseja el ánimo ya no habría un agujero irrellenable sino un hueco gigantesto y uno chiquitito, el suyo y el mío, y que si no hago el esfuerzo de sobreponerme a esto siquiera por media hora, a nuestros huecos se sumarían otros de diferentes tamaños y entonces sería un no parar...

Flotamos entre las nubes hablando de lo peligroso que resulta el motorsport pero hasta que no perdemos o dejamos en el camino a uno de los nuestros no tocamos tierra, así que a pista con el casco y los guantes puestos, y gas a fondo porque hoy toca escribir tu nombre entre los muchos héroes que se desperdigan entre las miles de entradas de este blog. 

Seguramente a muchos de ellos los conoces, Gonzalo, a otros no, evidentemente, pero te aseguro que del primero al último son gente buena o lo han sido en vida. No sé si mi regalo está a la altura de lo que has tenido que pagar por formar parte de esta gran familia, pero te aseguro que cada vez que alguien busque tu nombre en Google, lo encontrará compartiendo espacio junto a Fernando, Kimi, Sebastian, Daniel, Lewis, Carlos, Max, el gran Jackie, Gilles, Didier, Michael y Mika, y Henry, y María y Jules...

Pensaba hacer un sorpasso mañanero y dejarte para la noche, pero es mejor así, a la luz del mediodía radiante de Gorliz...

Si acaso sólo te pido un favor a cambio: cuando nos encontremos, porque acabaremos encontrándonos, me enseñas a conducir un kart. No lo creerás, pero no me he montado en uno jamás.

Goian bego!, Gonzalo. Hasta que nos veamos, pottolo.

11 comentarios:

Majo dijo...

Gracias Josete. Tu corazón ha hablado junto con el de todo aficionado al deporte del motor. Todos lloramos hoy.

Anónimo dijo...

La vida no debería traer estas cosas. Todo el ánimo a la familia.




King Crimson

Anónimo dijo...

Gracias por permitirme decir con tus palabras lo que siento.

Un saludo
Sr.Polyphenol

Nacho Lascaray dijo...

Noticia tristísima que nos recuerda que el motor no es ningún juego, todos son héroes, pero me revuelve el estómago que haya gente capaz de bromear sobre ello e incluso meterse con Fernando, pobres miserables , qué vidas más tristes, se volverá contra ellos antes o después

Descansa en paz pobre niño , seguro que has muerto feliz......., soñando con emular a Fernando

Pepe Escriche dijo...

Molt bon día D. José (bueno, hoy aunque también ha salido el sol, es mucho menos bueno que otros), gracias por saber expresar con tus sabias palabras lo que todos sentimos en el corazón.
Descanse en paz, un abrazo.
Pepe

Aficionando dijo...

Triste, muy triste. Vaya semana que llevamos.

Aficionando dijo...

Yo sí he montado en kart unas cuantas veces. Mi primera vez fue con trece o catorce años en una pista mítica que había cerca de Colmenar Viejo, en Madrid. Nos invitó el padre de un amigo. Es difícil describir la emoción que sentí cuando me monté en aquel cacharro, con motor de dos tiempos, aquellas vibraciones y el olor a mezcla quemada. Corrían como un demonio, y tan a ras de suelo parecía que ibas aún más rápido. Salí de aquella pista con ampollas en las manos por la fuerza que había que ejercer en el volante para negociar las curvas. Aquel verano, en cuanto ahorrábamos algo lavando coches, cogíamos las bicis y nos hacíamos veinte o treinta kilómetros -una locura, viéndolo con perspectiva- por carreteras provinciales, incluyendo un puerto -el que separa Hoyo de Manzanares de Colmenar- para invertir nuestras ganancias en aquella pista. No había nada más divertido.
Muchos años después, pasados los cuarenta, me invitaron a la pista de Carlos Sáinz. Creía que iba a sentir las mismas emociones. Nada que ver. Mis recuerdos eran mucho mejores.

Anónimo dijo...

Hola Jose y todos,

¡Qué lástima de accidente! Un abrazo a la familia, pero creo que el debate debería estar en otro plano que,desgraciadamente no estoy oyendo ni leyendo: ¿cómo es posible que aún los karts no tengan barra anti vuelco? ¿Qué pollas hace la fia? ¿Cómo llamamos al hecho de que los críos deban llevar un mono y un casco de la pera, con la pasta que los padres deben dejarse en eso, y nada les protege de un vuelco? Para mí es solo un mercadeo hipócrita y nada más.

Siento la salida de tono pero Gonzalo no se merecía lo que le ocurrió y fue evitable.

Un saludo,

ABB

chema dijo...

Joder que semana mas perra, pobre criatura. Seguro descansará en paz, espero donde esté pueda sentir nuestra fuerza.

Aficionando dijo...

Si, Anónimo. Yo he pensado lo mismo sobre las barras anti vuelco. Es practicamente imposible que un kart vuelque, o eso creíamos. Se ha visto que no.

Miguel Rueda dijo...

Qué desgracia, qué tristeza tan grande una vida tan corta y toda esa ilusión. Descansa en paz pequeño campeón.