¿Dónde has perdido los espolones?

Demostrado empíricamente que Valtteri es un madero, ¡ejem, ejem!, Lewis se ha erigido en Rey de Reyes de Mercedes AMG y la afición ha visto que todo esto era bueno porque es lo normal, porque el chiquillo lo vale y porque lo afirma la prensa inglesa. ¡Toma ya trío de ases!

Pero el caso es que a pesar de las gabelas que impone la neoverdad existe una realidad que no por ser negada deja de existir, y atendiendo a ella podemos decir que los periodos de confort vividos por Hamilton durante su carrera nunca le han traído nada bueno.

Como buen gallo de pelea que es, la incomodidad le ha venido siempre muy bien a Lewis. En esos momentos en que no las tiene todas consigo ni dentro ni fuera del equipo, el de Tewin se crece y ésta sí es una constante en su vida profesional. Obviamente nadie quiere vivir sujeto permanentemente a las tensiones propias de la inseguridad y el británico las ha evitado en la medida de sus posibilidades, que no son pocas, pero en líneas generales podemos coincidir en que el resultado de estas etapas de calma no ha sido bueno ni para él ni para el espectáculo.

Bien es verdad que Hamilton es muy capaz de salirnos por peteneras, pero este comienzo de temporada no esta siendo como para tirar cohetes, lo que puede apuntar a muchas cosas aunque a mí me suena a lo que estoy diciendo: saber que nadie le disputa el puesto en el equipo, lejos de animarle a ser mejor en pista lo está llevando a mostrar su cara más insegura, circunstancia que, de persistir, podría meterlo en un bonito atolladero en su supuesta lucha con Sebastian Vettel ya que el alemán me parece más sólido que él en este aspecto.

En Albert Park los nervios lo llevaron a perder la carrera con la inestimable contribución de su escudería. En Shanghai, de no haber sido por la metedura de pata de Ferrari durante el episodio de Coche de Seguridad, Lewis y Mercedes tenían todas las papeletas para volver a naufragar aunque al final pudieron sacar la cabeza. En Sakhir, su inoperancia en el tramo inicial de la prueba más que la dócil actuación de Bottas en el mismo tramo del Gran Premio, llevaron a que su respuesta fuese mala y tardía...

El británico va segundo en la tabla de pilotos a 7 puntos del tetracampeón del mundo. Toto —esperemos— ya tiene claro para qué sirven las órdenes de equipo, pero Sochi se promete fresquito y eso supone que Maranello y su principal rival volverán a tener opciones... Se dice que el W08 es algo pesado de atrás pero no por ello deja de ser un Mercedes-Benz pata negra. En definitiva, Lewis se está quedando sin argumentos y empieza a luchar en un territorio en el que no cuenta con tanta ayuda como antes.

Con Nico resultaba relativamente sencillo, con Valtteri, facilísimo; pero con Sebastian no porque el de Heppenheim forma parte de una historia que no pueden controlar Hamilton ni los plumillas afines.

Pinta bonito, para qué vamos a negarlo. Un mano a mano en pista entre siete campeonatos del mundo debería ser declarado un hecho de interés general de obligado disfrute, pero como decía antes, tengo la sensación de que Lewis, imponiendo la tranquilidad en el corral de Brackley, ha perdido parte de sus espolones al sacrificar ese puntito afilado que lo hacía tan especial en pista una vez se introducía en el habitáculo y tomaba el volante entre las manos.

La incertidumbre suele resultar muy incómoda, pero también ayuda a sacar lo mejor de nosotros mismos.

Os leo.