martes, 18 de abril de 2017

Cultura empresarial


Perfectamente podía haber titulado esta entrada «¡La que has liao, Ron!», pero resultaría tremendamente injusto tratar así nuestra inteligencia. 

Crear de la nada es mucho más complicado que avanzar sobre lo ya realizado y ésta es la razón por la que, proporcionalmente hablando, hay menos emprendedores por centímetro cuadrado que listos a bordo de proyectos en marcha que saben no sólo cómo estos podrían ir mejor sino cuáles son las claves para que no vayan todo lo bien que deberían; pero claro, como no les dejan...

Como no les dejan, sí...

El ser humano es en esencia un animal muy miedoso y eso de afrontar riesgos mejor que lo hagan otros. En nuestras medianías tenemos este concepto bien arraigado: explorar alternativas en cuanto a Fórmula 1 se refiere, supone siempre conjeturar en vano o conspirar (el ultraje a esta palabra merecería un estudio aparte), y en cambio, aparentar ser riguroso mola aunque consista básicamente en copiar lo que dicen ahí fuera, donde esperaba respuestas el agente Mulder.

Admiro a Ron Dennis. No es que me guste ni que quisiese irme a tomar unas copas con él, pero lo admiro porque es un emprendedor nato. Un tipo acostumbrado a levantarse a caer y a levantarse de nuevo, a mancharse las manos con cosas inconfesables con tal de sacar adelante sus ideas y a purgar por sus pecados, obviamente. ¿Y qué dicen las fuentes rigurosas sobre este personaje que resulta crucial para entender la Fórmula 1 de los ochenta del siglo pasado a esta parte? Nada. Nada por aquí y nada por allá. Nada, absolutamente nada.

Aparte de las hagiografías y críticas que le fueron dedicadas cuando abandonó su imperio, sobre Ron se ha tendido posteriormente un grueso manto de silencio que no nos deja ver lo que está pasando en la actualidad, cosa que extraño y hecho de menos porque el de Woking es importante en esta parte de la historia de McLaren, sumamente importante, si me permitís decirlo, sobre todo a la hora de entender qué coño está ocurriendo ahora.

La idea original era buena. Honda con McLaren y sólo con McLaren sonaba muy bien, pero el paso del tiempo ha definido un discurso radicalmente diferente y el caso es que la sintomatología más alarmante ha surgido después del cese fulminante de Ron Dennis.

Ya hablé hace relativamente poco de que tal vez había que echar un ojo a Ojjeh [Mansour sonríe], toda vez que a mi modo de ver la prensa británica lo estaba protegiendo en exceso, comos sigue haciendo ahora, vamos.

Y vuelvo con ello hoy porque aquí, en España, hacemos caso a los rigurosos de allende nuestras fronteras por parecer los más serios del mundo, y a lo peor se nos está pasando que se nos ha ido por la puerta de atrás un empresario imprescindible, de esos que al final resuelven siempre las cosas, y con la tontería nos hemos quedado al frente de Woking con el tipo al que no dejaban, que sabía lo que había que hacer y cuáles eran las claves que impedían el progreso, pero que ahora que tiene las riendas del negocio en sus manos no sabe ni por dónde le da el aire.

Es una idea...

Os leo.

2 comentarios:

Bertor dijo...

Hola, Jose. Ya han pasado dos días desde el GP Bahrein y no has dedicado ninguna entrada a Sainz, aunque no sé si lo tienes previsto. Lo cierto es que me sorprendió mucho cómo se quedó fuera de carrera al incorporarse a pista con excesiva confianza, desde mi punto de vista. Desde la cámara onboard se ve cómo Stroll lo adelanta y se ve venir que le cerrará el interior. Supongo que haber levantado el pie habría sido lo correcto, pero ahora es fácil decirlo. Creo que fue un error, aunque no por ello lo critico. Me gustaría saber tu opinión. Un saludo.

Jose Tellaetxe Isusi [Orroe] dijo...

Ya está arrgelado, Bertor, en la nueva entrada ;)

Un abrazote

Jose