sábado, 7 de abril de 2012

¡Soy bloguero!


Sírvame de excusa por mi ausencia de hace unas horas, que como buen autónomo, me tocó hacer de costalero del único paso de Semana Santa que conozco, que sale a hacer su recorrido completo así llueva o truene. 

Los que vamos por libre somos así. Escuchamos los timbales llamando a la batalla y sin preguntar siquiera por qué cada año que pasa pesa más la Santa Crisis, juntamos hombro con hombro y nos ponemos a cerrar cuantas brechas encontramos en el camino, arreando p'alante como los 300 de Leónidas, sabiendo que muchos no volverán de Las Termópilas éstas que han sembrado la Merkel, el Sarkozy y los mercados, gracias entre otras cosas a que cuando conviene a cierto alguien siempre turbio y desconocido, el cielo se tiñe de brochazos negros por que sí, como ayer, cuando el guiñol gabacho nos señalaba con el dedo para que hoy nadie le haya cerrado la boca todavía como hizo el innombrable con Chaves, apoyado en el lance por un rey que talló en la historia aquello de ¿por qué no te callas?

Soltada la mala flema mañanera, sintiéndome algo mejor —aunque siga maldiciendo todavía que con tanto seguidor de Pérez Reverte haya tan poco orgullo y agalla sueltos en nuestro país—, y reconfortado porque una vez más sé por qué mi corazón sigue latiendo a la izquierda, voy de lleno con nuestra bendita F1, porque en ella, como en lo de ahí afuera, los fastos, gilipolleces y votos de los que mandan, los pagamos unos pocos, en este caso los los aficionados y los representantes de una bloguería que sigue al pie del cañón así nos metan siete semanas de vacaciones forzadas entre prueba y prueba.

¿Que no hay nada de qué hablar? Pues ahí que vamos nosotros y apechugamos con lo que sea porque para eso nuestro deporte tiene más de 60 años a las espaldas. ¿Que no hay información de la que ir tirando? Pues ya estamos nosotros para redibujar caminos que quedaron tapados bajo paraguas o mamparas, o incluso muros humanos. ¿Que no nos dan alpiste? No importa, los aficionados y blogueros haremos que llueva maná del cielo...

Muchas veces me pregunto si lo que hago sirve realmente de algo o por el contrario sirve para que Bernie mantenga su tinglado intacto e impoluto, y aunque la verdad es que ante estas cosas es mejor no pensar, no lo es menos que a veces resulta difícil no hacerlo.
En fin, que como Antonio Molina cuando iba y venía por la mina, con vuestro permiso voy a quitarme de encima el sobrante de mala leche acumulada, cantado con voz aflautada y alegre aquello de ¡yo
, yo soy bloguero!

Sean buenos, vuelvo esta tarde.

2 comentarios:

GRING dijo...

Aquí otro autónomo,de los maltratados por izquierda y derecha toda mi santa vida y con el corazón transversal, que ya ha aprendido a mirar entre las rendijas de la realidad que nos enseñan los medios de comunicación para saber distinguir donde residen los intereses de la gente normal y corriente que lucha cada día por la supervivencia y lo alejados que están de lo que entre todos lo poderosos económicos (de izquierda y derecha), políticos (de izquierda y derecha) y social-rolexianos (de izquierda y derecha),nos quieren hacer comulgar (mientras ellos siguen manteniendo TODAS sus estructuras de poder intactas e intocables). Antes de estos días de descanso tuve la ocasión de departir con un proveedor alemán y la idea que tienen en general de los españoles no nos auguran nada bueno: Poco amantes del esfuerzo,derrochadores,poco ahorradores y dados al crédito sin límite,...Cuando el dinero de fondos europeos entraba a manos llenas nos creimos nuevos ricos y ahora que toca devolver y aportar nos hemos dado de frente con la realidad que muchos no quieren ver desde sus palacios y poltronas. Te leemos, superbloguero.Saludos.

J-CAR dijo...

¿Por qué cantan los pájaros? ;)