Lunes, dos días después

Mientras se me seca una masa de tinta y el papel vuelve a su ser (nunca vuelve, es un decir), el cuerpo me pide hablar un rato de quien estimo que de mitad de temporada para adelante, puede hacer la vida imposible a Fernando.

A falta de nuevos datos que no llegarán como poco hasta finales de la semana próxima, como sospecharéis a estas alturas de la película, sigo erre que erre con el asunto de que esta temporada se va a bañar de rosso scuderia, y como en todas las grandes gestas, en ésta también nos hace falta un gran antagonista, un tipo a la altura de las circunstancias, un hombre cuya inteligencia sobre la pista se acerque a la de nuestro Nano, un individuo que sepa reinventarse en cada prueba, y por supuesto, que esté en McLaren, of course!

Nadie mejor que Button para calzarse ese papel de villano adorable en la sombra, de secundario de lujo, de partenaire indispensable del asturiano, que reclama una sesión, la de 2012, que pasará a la historia del automovilismo deportivo como la del ocaso de Red Bull, amén de la del tercer título del de Oviedo.

Que Fernando meta varilla a la escudería que le birló el merecido entorchado de 2007, además de quedar de cine, sonaría a vendetta, a justicia poética, a hermoso ajuste de cuentas...

No me distraigo, la tinta se está evaporando y en unos minutos el papel volverá a estar lo suficientemente plano y seco como para que la plumilla dibuje finísimas líneas cuando vuelva a pasar sobre él.

Decía que Jenson se me antoja el piloto más capacitado para meterle caña a nuestro bicampeón del mundo. El británico es un tipo solvente, delicado en el cuidado de las gomas de su vehículo, cuidadoso con la mecánica de su cacharro, listo como el hambre y lo suficientemente creativo como intentar acertar donde otros desisten de tirar el anzuelo. Por si fuera poco, el MP4/27 ha salido hecho que ni a la horma de su zapato, es un decir, porque por fortuna ha sido calibrado para obtener importantes réditos en carrera, aunque eso sí, en calificación parece que vuela.

En este sentido, Lewis va a sacar más provecho a la velocidad punta del vehículo de Woking los sábados, como si lo viera, pero las pruebas son cosa distinta y ahí es donde veo mejor a Button, apurando, robando carteras, sacando de donde no parece haber. No es que desestime a Hamilton, sería a todas luces estúpido, pero en Malasia le vi condescendiente mientras su compañero se buscaba las alubias lagarteando contra Narain, implicándose, poniendo algo de imaginación para cazar un átomo de suerte, con poca o nula fortuna, es cierto, pero jugándosela, con creatividad, que es lo que cuenta. 

¡Ése es mi Jenson!, y le quiero en el asalto final compartiendo cuadrilátero con Fernando, para que de esta forma, el español pueda poner su cabeza junto a la de Kimi y la de Michael en el salón de su casa, a la espera de que el año que viene llegue la de Sebastian, o la de Lewis... Es un decir, ya me entendéis.

Tengo que volver al tablero. Quedamos luego, después de comer.