miércoles, 6 de julio de 2011

Visión de futuro


Uno busca la belleza y se encuentra en el camino las señales que va dejando el dinero a su paso. Parece que estemos a mitad de temporada, aunque ni por el forro.

En F1, el verano es un punto y aparte que marca sobre el terreno la cicatriz entre el paso de página y lo que vendrá a continuación de mañana. Da lo mismo que aún no se haya cubierto el 50% de la sesión, ha llegado la hora, toca hacer números, establecer o romper alianzas, acordarse de lo que pudo haber sido y no fue, en todo caso aprovisionar el siempre halagüeño año que viene con algún que otro patrocinador que sufrague tanta felicidad venidera, que si no llega, siempre habrá tiempo para intentar buscarla de nuevo dentro de doce meses.

Williams, la de Gran Kahuna, no podía desperdiciar la oportunidad de abrevar en las mismas aguas que beben otras escuderías...

Si el green racing de los coches de Fernandes destila desde hace meses un cierto aroma a Jim Clark y a Colin Chapman; si la vitola dorada sobre negro de Lotus Renault ha despertado los ecos que dejaron atrás Elio de Angelis, Ayrton Senna o Nigel Mansell, cuando corrían para la Lotus que se vestía por los circuitos de cajetilla de tabaco John Player Special; qué mejor cinta atrapamoscas que reverdecer el mítico nombre de Williams Renault, aunque sea sólo desde la carrocería.

La imagen es más importante ahora que antes. Hoy, basta parecer alguien para serlo, porque si no lo pareces, ya puedes ser un as en lo tuyo que no te vas a comer un colín en esto que llamamos mercado. Así, si se quiere prosperar será mejor empezar la casa por el tejado, y no por los cimientos, como se estilaba antaño —ahí tenemos a Catherine Lagarde, por ejemplo, cobrando un razonable 11% más que su antecesor y supeditando la crecida anual de su sueldo al IPC y no a la productividad, como recomienda a los humanos y a los griegos el organismo que dirige desde hace unas horas, pero habiendo suscrito a cambio un contrato en el que se compromete a parecer más honesta, limpia y guapa, que la mujer del César—.

No me distraigo. Williams ha tomado el camino más lógico de todos los posibles. Eliminado Adam Parr de la ecuación, sustituido en sus menesteres por Mike Coughlan, con un coche que ni sirve a Barrichello ni a Maldonado, ni corre ni se prevé que lo haga, concentrado todo el equipo en el no sé qué de 2012, lo normal y razonable era precisamente pasar a llamarse Williams Renault a partir del año que viene, y anunciarlo en éste.

¿Por algún lugar debía comenzar el cambio, no?

5 comentarios:

J. Arce dijo...

Esperemos que el cambio no solo sea estético y que Williams vuelva por sus fueros.

Felipe Reyes dijo...

Coincido con Orroe en que es un lavado de cara con vista a conseguir sponsors. Williams no está a la altura de 1990 y Renault tampoco. Suena a alianza interesada, pero a lo mejor da sus frutos.

Saludos.

csm dijo...

Si lo que en verdad suena raro es la trascendencia épica que se le da a la noticia, con esa evocación de glorias pasadas como si fuera posible que se repitieran en la situación actual de la F1, como del propio Williams. Lo siento por la británica, pero me da que su "enfermedad" no sana sólo con el cambio de imagen, perdón, digo de motor.
Otros se han asociado a "otros" y no ha sido para tanto ¿o sí? XD
Un besote

Jose Tellaetxe Isusi [Orroe] dijo...

Buenas tardes.

Arce ;) Yo también lo deseo, pero como dice Felipe Reyes, ni la británica ni la francesa son como fueron :P

Felipe ;) Williams lo está pasando mal en lo económico y cada díoa se nota más. A ver si hay suerte con esto ;P

Concha ;) El efecto mediático ha sido muy diferente al que surgió con Lotus y Renault, pero ahí queda :P

Un abrazote

Jose

J-CAR dijo...

Hipótesis nº3 (y última):
Tras los muchos errores cometidos por Renault con su equipo se lo vendió a unos tipos que por no dar la cara se esconden tras cualquier nombre histórico que se les ponga a tiro. Con todos estos líos han debido de ver que les faltaba peso político, solo podían contar con un acorralado RBR y su alianza con Williams quizás habría que verla en este contexto.
Williams abrió el melón pero no reclamó ni rompió la unanimidad que cambiará de facto el reglamento para permitir lo que era ilegal porque ya se había cobrado una buena tajada. ¡Que les aproveche! Y a ver si son capaces de volver a juntarlo con un buen jamón (el chasis) ;-)
¡Saludos al anfitrión y a los invitados!