lunes, 19 de febrero de 2024

L'onore e il rispetto


Si mal no recuerdo, tras el incontestable doblete de Mercedes AMG en el Gran Premio de Italia de 2017, Toto Wolff ordenó a Lewis y Valtteri pasearse durante una vuelta más por el Templo de la Velocidad con el fin de saludar a «nuestros amigos».

Aquel gesto no fue ni oportuno ni bonito, pero podemos disculparlo porque con Toto es aplicable aquello de que no se pueden pedir peras a un olmo. Brackley estaba alcanzando la cresta de su dominio y entiendo que al austriaco le apeteciera sacar a pasear la herramienta y aliviar la vejiga en casa de su principal antagonista. Además, la sana rivalidad venía de lejos, casi de cuando el entorno de Mercedes GP alardeaba de que Michael Schumacher hubiese elegido vestirse de plata para concluir su carrera profesional...

En aquella época reciente, Maranello resultaba necesario para Mercedes AMG en el plano narrativo. 

Vettel como Mesías, Marchionne como capo, Stellantis no había surgido todavía pero FCA (Fiat Chrysler Automobiles) ya facturaba más que la de Stuttgart [Mercedes quiere ser Ferrari], de forma que el gesto de Monza trascendió sus propios límites expresivos para convertirse en una sustantivación de la superioridad alemana, o anglo británica, o como coño fuese que se considerara entonces. Más que indicado, el gesto de los cogieron resultaba imperativo y totalmente necesario.

Pero siempre ríe mejor quien suelta su carcajada en último lugar, y mientras el gentío y los especialistas se preguntan por las posibilidades de Lewis Hamilton en La Scuderia, John Elkann disfruta como un enano con el fruto de su venganza: el GOAT, el chiquillo de Toto, abandona Brackley y ha escogido Ferrari para dar carpetazo a su glorioso paso por la Fórmula 1. Puede que el inglés no consiga su anhelado octavo título mundial, pero su gesto contrarresta todos los anteriores porque sabe a patada en la entrepierna.

Sabéis aquel chiste en que van por la calle un italo-estadounidense y un austriaco...

Os leo.

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