Pienso que deberíamos respetarnos un poco y evitar, en lo posible, caer en la trampa del relato anglosajón, que ya pontifica que Max seguirá dominando (sic) de aquí hasta el próximo cambio de Normativa, como si no tuviese valor alguno lo que ha hecho y lo conseguido le hubiese caído del cielo.
El dominio insultante de Sebastian Vettel de 2010 a 2013 fue sinónimo de excelencia, igualito que el de Michael Schumacher entre 2000 y 2004 y el de Lewis Hamilton desde 2014 a 2020; pero por lo que sea, o simplemente porque el holandés mostró en 2021 los feos costurones de las enaguas del GOAT, con Verstappen todo es sí pero, a toro pasado, en presente continuo y, lo más alarmante del cuadro: a futuro.
Si seguimos comprando los complejos made in United Kingdom, que diría Eloy, no sé qué será de nosotros, si, en 2026, Red Bull vuelve a dar en la tecla y el tricampeón presenta credenciales para demostrar lo facilito que resulta arrasar con viento de popa, y al poco precio que se ha cotizado la excelencia desde que dominan nuestro deporte los despachos.
Os leo.
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