miércoles, 11 de enero de 2023

¿El Dakar está KO?


Por fortuna para todos nosotros sigo sin cobrar un miserable euro por dormiros la oreja, por edulcorar la realidad, por deciros que lo blanco es negro, mucho menos por ponerme aquí a echar el ratito hablándoos del éxito que supone pertenecer a una gran marca y ser dócil con la estructura, acaso por daros lecciones de excelencia corporativa que no ha pedido nadie.

Si levantase la cabeza Thierry Sabine, un suponer, volvía a su tumba de inmediato, no sin antes sacarse el cinturón y correr a gorrazos a todos los que han convertido el raid más imponente y famoso del motorsport en una caricatura de sí mismo, a la manera de como hizo Jesús en el Templo con los mercaderes, porque el sustrato de todo es el mismo parné que hace algo más de 2.000 años.

No se trata de que nos hayamos quedado sin competencia de élite cuando a la prueba le queda por delante algo más de media semana, es que comparas fotografías de esta edición con cualquiera de las anteriores celebradas en Arabia Saudí y sólo cambian las decoraciones de los vehículos, lo que dice bastante poco de una carrera que, en voz de sus organizadores, buscaba reencontrarse con sus orígenes lejos de París, Mauritania y Senegal. 

La ASO (Amaury Sport Organisation) y la FIA siguen plegadas ad nauseam a los intereses de esas corporaciones que intentan por todos los medios imponer sus criterios incluso en «una aventura», desatendiendo que son ellas las que deben aceptar, antes que nada, que cuando participan en un evento de este tipo el espíritu manda y deben adaptar sus criterios y expectativas.

Cualquier comparación con los París-Dakar de antaño supone un ejercicio tan absurdo como inútil. El Dakar actual es un escaparate tan solitario y hueco como nuestra Fórmula 1, que sobrevive de ecos pasados y el denodado esfuerzo porque comulguemos con ruedas de molino, mostrado por una prensa que se dice especialista, que se ha quedado a cubrir el bodrio subvencionado por los dólares de los jeques, o lo narra desde miles de kilómetros de distancia, en vez de pulsar el off o hacer el petate y dar la espalda a este (nuevo) sindiós.

Cabría decir ¡que blanquee al régimen de Arabia Saudí su puta madre!, pero entiendo que llego tarde a pesar de lo mucho que he escrito sobre este mismo asunto.

¡Que Dios nos coja confesados! Os leo.

2 comentarios:

Erathor dijo...

Llegó la FIA con aires de grandeza y ya sabes... Todo a tomar Pol...

Cómo si no estuviesemos curados de estas lides 😉😉

Anónimo dijo...

Una vez más, el único capaz de señalar la desnudez del emperador.

Y nadie va a decir nada del clima de Arabia, donde ya llueve más que en algunos lugares de España. ¿En qué modo afecta al cambio climático el plan de incremento de precipitaciones de Arabia saudí? siembra de nubes, drones, descargas eléctricas etc.