La tranquilidad que supone haber impuesto un modelo de unidad de potencia y que todo el mundo en la parrilla tenga que seguir tu estela desde 2014, está en la base de ese éxito milagroso o flor en el culo, como prefiramos, que ciñe de sol las aventuras de los chicos de Brackley desde hace cinco años y un poco...
Va para largo, ya que mientras los rivales y se las ven y desean para cubrir y evolucionar varios flancos a la vez, a Mercedes AMG le basta, si se ve apurada, con soltar unos cuantos de esos caballos que hacen astillas a sus oponentes en las rectas de los circuitos, de cualquier circuito, de todos los circuitos. Dispone de margen, y en sentido estricto, se puede decir que es el único equipo del Mundial que lo tiene porque, el resto, si no se las está viendo con el propulsor está lidiando con la aerodinámica o los neumáticos, o con todo ello de golpe.
Éste siempre tener un as en la manga facilita que las áreas del vehículo evolucionen pausadamente, sin asumir riesgos críticos, y en años como 2017, 2018 y el comienzo de éste, en los que Ferrari ha decidido ahorcarse sola por diferentes razones, se percibe claramente que a la de las tres puntas no hay nadie que la tosa.
El otro día alguien me respondía que si es malo que esta situación origine que muchos equipos den esta campaña por terminada en verano, peor es la sensación de que Mercedes AMG pueda hacer lo mismo, ya que sin apenas mover un dedo, el actual proyecto podría servir perfectamente para 2020... Y sí, podría llevar perfecta razón, ya que el poderío qu se intuye es casi tan grande como el expuesto.
Así las cosas, parece que el pescado está vendido en cuanto a la general de Marcas. Hamilton y Bottas están enchufados, uno buscando su sexto entorchado y el otro el primero, y, desgraciadamente, no veo a Ferrari recortando los actuales 116 puntos de desventaja en un futuro próximo. Brackley es la reina y, como decía antes: va para largo.
Os leo.
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