viernes, 1 de febrero de 2019

Carlos y la meritocracia


En nada nos enfrentaremos a la realidad de este año. Estrenamos reglamento y aunque ya hay quien ha preferido enfriar el ambiente por si las moscas [Truño, animal de compañía], en realidad nos enfrentamos a una enorme página en blanco en la que todo está por escribir.

Los compases iniciales de un cambio de normativa suelen ser por regla general así de tontorrones. Luego, a partir del segundo año y la información y sensaciones que se han obtenido en el primero, resulta mucho más sencillo apoyarse aquí o allá para hacer estimaciones, y es por ello que me sorprende la valentía de algunos plumillas foráneos y patrios, of course!, a la hora de tirarse a la piscina con los pilotos que no militan en Brackley, Milton Keynes y Maranello, cuando en sentido estricto estamos ante la versión formulera del experimento del gato de Schrödinger y hasta que no palpemos el percal dentro de unas semanas, todos los equipos han acertado y han errado en su interpretación del nuevo paquete de reglas.

Sin coche no hay paraíso, que decía aquél, y puesto que McLaren está rodeada de espesas brumas negras es incluso normal que apenas se hable de Lando Norris y Carlos Sáinz, aunque si me lo permitís, resulta chocantorro en el caso del español porque a diferencia del británico, él si tiene historia en Fórmula 1.

Casi tres años en Toro Rosso junto a Max Verstappen y Daniil Kyviat, y uno y un cacho en Renault, con Nico Hulkenberg como compañero. Cuatro temporadas en total, marcadas por la progresión constante y la satisfacción de sus jefes, incluso por la zancadilla que le propinó nuestro querido herr doktor Marko cuando el austriaco trató de impedir que el madrileño cerrara trato con Enstone para 2019. Y bueno, que se me olvida, como colofón tenemos su integración en los cuadros de Woking...

No sé, yo diría que como promesa Carlos dispone de todos los sacramentos como para que se le dediquen unas letras exploratorias, siquiera porque esta campaña que iniciaremos en breve va a ser la primera en la que no vivirá a a sombra de Red Bull y sus maquinaciones. En sentido estricto, Sáinz se estrena en un mundo totalmente nuevo salpimentado de responsabilidades y compromisos, un territorio inexplorado en el que él, más que nunca, tiene la obligación de hacerse un hueco imprescindible en el proyecto.

Voy un poquito más lejos. McLaren necesita comenzar a sacar la cabeza, convencer mientras deja de lado la estela de Fernando Alonso, y por mucho que se le atragante a más de uno, Carlos es el tipo que ha sido llamado por Zak Brown para liderar esta aventura por lo que decía más arriba: porque las cachas de su revólver ya tienen algunas muescas mientras que las del de Lando todavía están nuevas.

Están bien las entrevistas donde nos cuenta sus cosas o verle disfrutando en el sarao que se ha montado a cuenta de que Estrella Galicia 0'0 patrocina a la inglesa; incluso ha sido bonito escuchar el sonido del motor Renault que llevará su coche en 2019. Pero puesto que tiene méritos suficientes y la empresa que se dispone a acometer es de las de órdago, me mosquea este silencio medido que lo rodea.

Os leo.

6 comentarios:

anonimo dijo...

José:
No soy español (ni viví jamás en España), pero desde la lejanía observo un fenómeno difícil de explicar.
España ha preferido durante décadas a las motociletas y a los rallies sobre los coches de fórmula. Si bien han tenido talentos esporádicos (Emilio, o de Portago) lo cierto es que han recibido menos atención de la merecida.
En tiempos "modernos" (visto en perspectiva) aparece Pedro DLR, y España vuelve a ver coches de fórmula con cierta asiduidad. Ni bien comienza Pedro y al poco tiempo viene Fernando, con una fuerza descomunal, y se lleva dos títulos a casa... y todos quienes hasta ese momento habían prestado tanta atención a los GPs de F1 como a las carreras de camellos se vuelven "antis".
Yo sé que "nadie es profeta en su tierra", pero con Fernando creo que se han ensañado con ganas.
Ahora le toca el turno a Carlos. No sé honestamente si tiene el talento de Fernando, pero sí tiene mucho tiempo para mostrarlo. A ojo de buen cubero debe tener unos diez años menos de edad, que en térnimos de vida de un deportista de elite es el día y la noche: Uno recién llega y el otro puede que con fortuna pueda volver alguna temporada más, sólo si surge la oportunidad.
Los "antis" de Fernando ¿Se volverán ahora contra Carlos?
Sds.
Martín

BigotumMaximus dijo...

Querido anónimo, puedes dar por seguro que se volverán contra Carlos, y esgrimirán sus "razones", a saber:
Es el delfín
Fernando le ha puesto a dedo en McLaren
Verstappen lo barrió
Es hijo de quién es
O la mejor de todas: por ser distintos del "populacho" y por tanto ser los "entendidos"...

Ya sabemos de qué pie cojean...

A. Molina dijo...

Esta claro que no es Espaniol. Ya tendria la respuesta a su pregunta.

La envidia es el deporte nacional.

Y si encima Carlos encarna valores tradicionales de la Madrid castiza, efectivamente algunos le zurraran de buena gana, incluso los que no saben ni que demonios es un coche de Formula 1.

Perdon por mi falta de acentos y tal.

Un saludo.

matador dijo...

Hola Martín,

Te lo explico con brevedad, porque ya lo he dicho en anteriores entradas. El Motorsport en España tiene su base (de preparadores, prensa y, tradicionalmente, cantidad (no necesariamente calidad) de pilotos en la zona noreste del país, y allí, desde hace un tiempo, todo lo que huela a Mesetario, centrista, madridista o español, está mal visto y denostado por unos cuantos...

Fernando osó llevar la bandera de España en el casco, y decir que era del Madrid. Carlos va por el mismo camino.

Salu2!

anonimo dijo...

Gracias, "Matador". La verdad es que si Fernando ha recibido críticas infundadas, siendo de Asturias, no imagino lo que le espera al Madrileño. Ando flojo de geografía española, pero Asturias anda mas cerca de Cataluña (la cual aún es española...) que Madrid.

Anónimo dijo...

Querido Anónimo, ya que comentas que ni eres español ni vives en España, te recomiendo una buena lectura de un Libro "El español y los 7 pecados capitales" de Fernando Díaz Plaja.
Es una divertida, muy bien documentada y al mismo tiempo real radriografía de la forma en que los españoles pensamos y afrontamos determiandas cuestiones que te dará un buen punto de partida para comprender ciertos comportamientos como el antialonsismo reinante en este país y en nuestro deporte.

Atentamente.
Un muchachito de Valladolid