viernes, 2 de febrero de 2018

Haznos un Rosberg


Este mediodía querría haberme transportado a cuatrocientos y pico kilómetros de distancia para sentarme en una mesa de uno de esos lugares anodinos que hay en los aeropuertos o las estaciones, que sirven platos combinados para almorzar rápido, pero se quedan suspendidos en el tiempo y se llenan de luz sólo si tus ojos miran los míos...

Este próximo siete hacen ocho los que estoy en Reading. Pared con pared con la celda que ocupa Oscar, soñando que cuando termine todo quede lo suficiente de mí como para que comenzar a caminar de nuevo sea algo más que una aspiración cada vez más lejana. El desgaste es enorme pero mi optimismo sigue intacto aunque los ocho metros cuadrados en los que transcurre la mayor parte de mis días den para lo que dan. Él escribe De Profundis, yo continúo acariciando Nürbu y aboceto mis ideas en los dinteles de madera o arañando piedras, para luego, a la luz del candil, garabatearlas sobre papel con la intención de que nadie pueda decir que mis pies no pasaron por aquí.

Pensar se ha puesto demasiado caro. Convencidos de que las ideas que manejamos nos pertenecen, apenas nos interrogamos sobre quiénes nos las alquilaron y modifican el marco del arrendamiento cuando les sale de aquel sitio. Total, que cuando la prensa más machista del orbe incendia nuestro ombligo con eso de que a las pitbabes les han cancelado el contrato, nadie se pregunta por qué su figura apareció mucho más tarde que el motorsport mismo, o por qué su alumbramiento coincidió con la de aquellos horteras que hacían exteriorización a troche y moche del sex appeal, el alcohol y el tabaco, sencillamente porque la máxima disciplina ya había matado a su Apolos y los había convertido en hombres anuncio.

Esa prensa hijadeputa que nunca se metió en jardines cuando en Bahrein moría gente protestando contra la dictadura que la mataba de hambre y falta de libertades pero vendía al mundo su imagen de país moderno a través del correspondiente Gran Premio de Fórmula 1, que siempre ha mirado para otro lado cuando nuestra actividad ha visitado infiernos para una parte de la humanidad, es la misma que reclama a Liberty Media lo que jamás apremió a Bernie.

No levantó la voz cuando el carcamal creyó adecuado que a María de Villota la homenajearan los pocos hombres que la consideraban una de los suyos, sus compañeros, en un box perdido de la mano de Dios en Suzuka, en todo caso lejos de los focos y la retransmisión. Tampoco creyó conveniente discutir una coma a aquello de que la FIA se investigara a sí misma en el asunto Bianchi por ver si había habido negligencia federativa, ni exteriorizó reparos cuando el aludido afirmaba, no hace tanto, que las mujeres no están físicamente preparadas para conducir un F1 al mismo tiempo que Max Verstappen hablaba de la actividad en términos de andar en bicicleta, por lo fácil, para más señas...

¿Os recuerdo que cuando los pilotos quisieron rendir homenaje a Jules en Sochi, Bernie articuló una ceremonia de exaltación de la Rusia de Putin en la que el acto humano encajaba perfectamente?, o preferís que os llame gilipollas sin más preámbulos.

La prensa anglosajona tiene mucho poder simplemente por que se lo damos. ¿Dicen que toca sobreactuación de las Grid Girls?, pues vamos a hablar de Valtteri Bottas, o más exáctamente de cómo los plumillas británicos están haciendo con el finlandés lo mismo que hicieron con nuestro campeón del Mundo 2016.

Rosberg venció a Hamilton, no sé si lo recordáis. En 2015, meses después de que Mercedes-Benz llamara al alto al hijo de Keke tras los sucesos y acaecidos en Spa-Francorchamps 2014, esta pandilla de estómagos agradecidos nos vino con el mismo cuento que están utilizando en la actualidad al respecto del de Nastola... Lewis me sorprendió; no había imaginado que fuese tan diíicil; creo que lo he superado... la órdiga en verso, si me lo permitís.

Tus ojos, mi vida... me has dicho siempre que no merecía la pena que me desgastara en estas peleas, pero hoy, cuando Reading resulta más duro que nunca, me dan ganas de desear que Valtteri haga un Rosberg o rompa el guión en 2018 como cuando lo rompió Fernando en 2005 y 2006 contra Michael Schumacher. La justicia poética, que dicen, lo único que nos queda a los que pensamos que pasando la uña sobre el barniz de las cosas se puede descubrir un mundo en el que ni las Grid Girls resultan imprescindibles, ni las carreras de coches pierden eso tan indispensable que nos hemos ido dejando por el camino por simple cobardía a la hora de llamar a las cosas por su nombre.

Haznos un Rosberg, Valtteri, de vez en cuándo viene muy bien recuperar la fe o soñar que se puede, o que resulta fácil...

Os leo.

2 comentarios:

pocascanas dijo...

Cómo escuece cuando alguien patea el tablero...

enrique dijo...

Fantástica entrada Jose!!!