jueves, 1 de febrero de 2018

Hablando claro


Otmar Szafnauer (Force India o como se acabe llamando), o tiene muy poquita vergüenza o suficiente seguridad en sí mismo y su entorno, o en la FIA que vela para que haya juego limpio hasta en el úntimo rincón del paddock, como para haber afirmado sin ruborizarse que si Pérez u Ocon se ponen demasiado gallitos este año que empezamos, siempre quedará el recurso de tocar el sello de la caja de cambios de su coche: «Oder wir reißen einfach ein Siegel vom Getriebe, und der Fahrer wandert fünf Startplätze zurück» [Dann reißen wir Getriebe-Siegel].

No es broma. «O simplemente arrancamos un sello de la caja de cambios y el conductor retrocede cinco posiciones en parrilla» significa precisamente lo que estáis leyendo, ya que aquí, lo miremos como lo miremos, no caben demasiadas vueltas: o los pilotos obedecen o se atienen a las consecuencias...

Conny, mi enlace con lo que se cuece en Centroeuropa y Alemania en tanto en cuanto a Fórmula 1 se refiere —vínculo con el más allá de lo anglosajón como para muchos, incluso para quienes no lo reconocen o tienen miedo a hacerlo por aquello del qué dirán—, compartía anteayer con nosotros esta perla que rebosa deportividad por los cuatro costados. Hasta donde he podido indagar, la cosa ni ha trascendido ni ha llegado más lejos, o no ha resultado del interés que quienes nos sirven puré y potito de frutas todos los días, que también podría ser, pero el caso es que donde esté seguir dando la turrada con las Grid Girls, que se quite escribir algo sobre cómo funciona todo esto.

A mí no me pilla de nuevas, para qué vamos a engañarnos, pero entiendo que sorprendan este tipo de actitudes en esos mundos de Yupi donde resulta impensable que un tipo como Norbert Haug decidiera amenazar a uno de sus pilotos con que puede alterar el rendimiento del motor sin que lo note nadie, o donde no cabe que Heikki Kovalainen se quejase de que le ocurrían en McLaren cosas que jamás logró comprender...

La vida está repleta de evidencias. Otra cosa es que sólo hagamos caso de los totales posteriormente, pero alterar la temperatura de las mantillas térmicas, tunnear aquí o allá el comportamiento de un motor, o la aerodinámica, o que tu volante sufra de pérdida de un viscoso blanco, como le sucedió a Rosberg en Singapur, no dejan de ser circunstancias aparentemente anodinas, difíciles de valorar, pero reales como la vida misma.

No estoy diciendo nada aunque seguro que se me ven las orejas. En todo caso, ya está aquí el sr. Szafnauer para explicarnos en qué consiste mantener el equilibrio en un equipo. También, hasta dónde es posible llegar para falsear unos resultados que luego nos permitirán a los aficionados valorar objetivamente a tal o cual piloto por sus logros sobre el asfalto.

El húngaro nos habla del futuro en plan amenaza, pero creo que nos haría falta aclarar si en Monza de 2017 a Checo fue necesario cambiarle la caja de cambios de su monoplaza porque había fallado realmente y hacía falta tocarla aunque conllevara penalización, o porque al mexicano se le estaba avisando de que no insistiera en defenderse de Banchi como sucedió en Spa-Francorchamps [Force India corta las alas de Pérez y Ocon tras sus toques en Bélgica].

No es por nada, pero a mí me gustaría saberlo.

Os leo.

1 comentario:

enrique dijo...

A mi me gustaría que en una infografía puesta en los pilotos durante la carrera con un asterisco gigante: "Este coche esta capado". Que felicidad!!!