miércoles, 27 de diciembre de 2017

Truco o trato


Salvo para los frikis a los que les pone cachondos el término «trituradora», no tiene mucha razón de ser que la Fórmula 1 se comporte para unas cosas como un ejemplo de modernidad y para otras, como si continuara anclada en las más rancias costumbres de los setenta del siglo pasado. 

Daniil Kvyat, el protagonista de esta entrada, es un bonito ejemplo de lo que supone que te manden a tomar por el saco y no tengas dónde meterte. Fuera del Gabinete del Doctor Marko desde antes que terminara esta temporada, Franz Tost, jefe nominal de Toro Rosso, dedicaba al ruso estas palabras a mediados de mes: «Merece estar en la F1. Todavía estoy convencido de que Daniil es muy rápido» [dentro enlace]; para que al poco, el propio herr doktor le dedicara estas otras: «Tiene más talento que Gasly y Hartley» [dentro enlace].  

Obviando el tono paternalista que acostumbran a usar los patrones cuando te mandan a tomar por donde amargan los pepinos, en todo esto aflora un sonoro contrasentido: a tenor de lo dicho públicamente por Marko y Tost, el torpedo de Ufá es mejor que sus sustitutos, lo que no impide que haya perdido volante, asiento y espacio en nuestro deporte, ya que el mismo reglamento que vela por la sostenibilidad de la cosa, impide, de facto, que Kvyat encuentre hueco de nuevo. ¿Os suena, verdad?

Recuerdo una anécdota que quiero compartir con vosotros. Gilles Villeneuve tenía un problema en las arrancadas durante su primer año en Ferrari, y Enzo, patrón paternal, pero a la antigua usanza, entrevió inmediatamente que lo que necesitaba el canadiense era confianza, y apostó por él. Cuentan que el quebequés rompió cajas de cambio en el circuito de Fiorano que se contaban por decenas, pero aprendió, de manera que Gilles acabó siendo un puto tiro en cuanto el semáforo se ponía en verde.

Os cuento otra por el mismo precio. Jim Clark tenía miedo cuando se subía a un Lotus, miedo auténtico, de ese que te paraliza, pero Colin Chapman, patrón paternal, también a la vieja usanza, calmaba al escocés recomendándole que tratara a su auto como a Sally cuando bailaba con ella...

Confianza, esta es la palabra clave de este texto. Ni Marko ni Tost han tenido la mínima confianza en Daniil Kvyat una vez que las cosas se torcieron cuando al ruso lo bajaban de Red Bull a Toro Rosso para ascender a Max Verstappen porque Bernie y Heineken venían apretando.

El de Ufá había hecho podio en China 2016 pero no le valió de nada, los hijos de puta que hacen y deshacen a su antojo lo deshicieron como un azucarillo en agua tibia a partir del Gran Premio de Rusia, y después sólo cupo preguntarse qué coño había ocurrido, que es lo que mejor queda en los titulares.

Daniil no es tonto y en agosto del año pasado confesaba que no sabía exáctamente qué le estaba pasando [No necesito que nadie tenga compasión de mí], pero salvo a los bobos que les enternece la palabra «trituradora», al resto nos quedaba diamantinamente claro que Toro Rosso, Marko, o en quien queramos ciscarnos, habían preferido retirar su confianza a ruso en vez de ayudarle a mejorar en una plataforma distinta. 

El resto de la historia la conocéis de sobra. Daniil, salvo milagro, ya es pasado, como Jaime Alguersuari. El reglamento FIA impide que un piloto novel o uno que se ha quedado sin equipo puedan medirse con otros similares con tal de encontrar hueco, y el resultado de una actividad anclada en el siglo XXI, es que las putadas son similares a las de los setenta del siglo XX, pero sin que exista posibilidad de réplica.

Antes, los espontáneos o los relegados por las circunstancias solicitaban medirse con los buenos y podían hacerlo. Los equipos les daban coche y les sometían al cronómetro. Ahora ni eso. Bastan un par de frases bonitas que sirven como epitafios, y si te he visto no me acuerdo. Gasly y Hartley son peores que Kvyat según herr doktor, pero el que no va a tener una segunda oportunidad es Daniil Kvyat. Así están las cosas en pleno siglo XXI.

Os leo.

3 comentarios:

enrique dijo...

Yo creo que se precipitaron al subirle al Red Bull. Demasiadas prisas, porque luego cuando le bajaron moralmente ya era irrecuperable. Sí es curioso que un piloto de mayor talento, reconocido por su jefe, no disponga de coche contra otros con menor talento.

Keskus dijo...

Siempre he sentido aversión por el programa de Res Bull. Lo mejor que ha podido hacer Sainz es salir de ahí (y lo que le ha costado). Y sinceramente, me encantaría que Verstappen se marchara a otro equipo para dejar con cara de gilipollas a los tíos que han tirado por la borda (Kvyat) o intentado (Sainz, Riccicci) con tal de que el holandés triunfase con ellos, cuando de lealtad el tío tiene más bien poca.
Saludos

Prtndr dijo...

En cierto modo me recuerda la historia de Checo y McLaren...