lunes, 12 de octubre de 2015

La herencia Ecclestone


Por razones que no viene al caso contar, me he pasado el día viendo las dos películas correspondientes a La Herencia Valdemar, lo que inmediatamente me ha llevado a pensar en que Bernie no es un mortal como el resto de los mortales, sino un auténtico Primigenio.

Supongo que cualquiera de los aficionados a la Fórmula 1 que haya jugado también a The Call Of Cthulhu, habrá tenido esta misma sensación al menos una vez en su vida como jugador de Juegos de Rol. La bruja de Blancanieves no es que sea inmortal, es sencillamente que siempre ha estado ahí y ahí estará per saecula saeculorum amén!, que diría aquél.

«Que no está muerto lo que yace eternamente...» nos advertía el de Providence como si ya previera que existía en el mundo un tipo ajeno a la edad y los tsunamis. Vamos, que tenía que conocer de sobra con qué andamios está contruido el mandamás de nuestro deporte y lo que aguantará, y lo que te rondaré, morena. Y cómo se las gastaría a la hora de repartir herencia a la espera de que una invocación negra como la noche, vuelva a despertarlo de su letargo.

Uno pude oler mal porque no se lava, porque ha sudado demasiado después de una comida copiosa o porque ha estado en contacto con sustancias malolientes. Puede incluso que ocurra que se den las tres circunstancias a la vez y el de comienzo de párrafo huela a queso descompuesto con absoluta naturalidad. Pero cuando un deporte como el nuestro sigue oliendo fétido así lo laven cien veces con jabón del bueno, o es por causa de la bromhidrosis, o porque no puede oler de otra manera.

Mira que los pilotos se quejan de que las Pirelli son una mierda. Mira que el boss les tiene prohibido decirlo en púbico. Mira que teníamos la oportunidad de haber probado a partir de 2017 cómo funciona Michelin, cómo es eso de que su trabajo en el WEC (World Endurance Championship) no sólo no es cuestionado sino que es alabado por conductores y escuderías. Y mira tú por dónde, Bernie ha optado por chafarnos la fiesta hasta 2019 como poco.

Intuyo que el británico quiere dispensarnos algo para que le recordemos así se lo lleve el diablo, y no tenía nada mejor a mano que dejarnos a Pirelli, la causante de que de los campeonatos de los últimos seis años huelan a cabrales pasado de fecha que tiran para atrás.

«Que no está muerto lo que yace eternamente...» nos arrulla el imprescindible, a la vez que nos deja como herencia a la milanesa y a una afición que no sabe hacer cuentas con tanto número como habita internet, y que además, no cejará ni tanto así en negar que hay algo raro en tanto regalo desinteresado.

¡Que vivan Pirelli y Bernie, y Cthulhu!

Os leo.

4 comentarios:

Jorge dijo...

Siguiendo el asunto digamos que Jean Todt es Dagón y Charlie Whiting Azathoth, pobre Alonso, que jodido lo tiene con estos tres hijos de la gran p...Que alguién encuentre el sello de R'lyeh y se lo estampe a Bernie en la frente por favor :)

Interlagos dijo...

... que no queríamos Pirelli, pues toma dos tazas. ¿De qué nos extrañamos? Este personaje hace lo que le sale de los eg... y si la F1 ya no la ve ni el tato ya encontrará una excusa.

¿Qué ruedas Pirelli veremos en 2016? ¿Las de Singapur? Ya estoy conspiranoico perdido...

Un abrazote, Jose, el único que llamas a las cosas por su nombre.

GRING dijo...

La wrestling-F1, al menos hasta 2020.¡Qué pena tan grande!.
Lo de un Cabrales pasado de fecha... es pura ciencia ficción, Josetxu. Eso no lo ha visto ojo humano todavía.
Saludos!!

Jose Tellaetxe Isusi [Orroe] dijo...

Buenas tardes ;)

Jorge ;) Alonso ya está rentabilizado y es una pena. A ver si el año que viene hay suerte y podemos volver a romper el guión. La apuesta es clara: ser tan buenos como para evitar que Charlie o quien sea meta la mano ;)

Interlagos ;) Yo creo que en 2016 serán blanditas, como le gustan a Ferrari ¡ja,ja,ja,ja!

Gring ;) Sí, es una pena que un espectáculo que tiene todo para resultar cojonudo, necesite de tanta mamonada.

Tengo familia asturiana y sólo puedeo darte la razón, el cabrales es for ever ¡ja,ja,ja,ja!

Un abrazote

Jose