Toca hablar de Kimi, de nuevo, como el otro día y hace mucho o no
tanto; como habrá que hacer siempre que se pueda, porque es una maldita
referencia y ha llegado a la chita callando hasta postularse como un
auténtico peligro con el que habrá de contar Fernando de aquí a que
termine todo.
Bien sabéis que acabada la pretemporada no daba un chavo por este E20
que sigue sorprendiéndome para bueno, que ante las numerosas evidencias
de su nobleza aposté a que a partir de Spa todo iba a ser distinto
porque las pelas llegan para lo que llegan, y tratar de estirarlas acaso
da para vivir hasta el ventiuno de cada mes, para que a renglón seguido
toque cruzar los dedos soñando que el ventinueve nos ingresen la nómina
o nos paguen las facturas por aquello de salvar el culo cuando toca
salvarlo sin que nos llamen a la puerta. Y el caso es que ahora me
reventaría llevar razón en mis pronósticos, entre otras cosas porque
sobre un E20 va una grandiosa parte de lo mejor que tiene la F1.
Sin Grosjean en Monza, Iceman
puede liderar Lotus a la salida del templo de la velocidad y comenzando a
inquietar a Fernando. Quedarán entonces siete carreras, siete citas a
ciegas para que la mantis religiosa finlandesa vaya devorando sus presas
como viene haciendo en lo que llevamos de sesión. Treinta y tres puntos
de distancia son pan comido para quien reventó veintiocho en 2007 en el
mismo espacio de pruebas, porque por aquel entonces los triunfos sobre
el asfalto valían dos veces y media menos que hoy. Tasada la diferencia
actual, tenemos que a Kimi le hace falta una victoria y un puñado de
números para presentar sus credenciales a convertirse en el bicampeón
del mundo más hierático de todos los tiempos, tal vez el más joven
también, y seguramente el más rubio de todos, cuando hace cinco años
necesitaba casi tres…
Pero dejémonos de monsergas y centrémonos en el capítulo del dinero
que le hace falta o debería hacerle falta a Lotus para no hacer de BMW
con Robert Kubica en 2008, porque en Enstone tienen que estar alucinando
y buscando dólares debajo incluso de las cajas de zapatos. Si no es así
serían gilipollas. Pero como a Lopes y a Boullier les arriendo
cualquier ganancia menos la de ir de lilas por la vida (lagartonas que
son ellos), como que sí, como que veo que puede ser posible que hayan
visto la hermosa posibilidad de ganar un campeonato sin necesidad de
contar con Red Bull, y cómo pueden estar vislumbrando a ésta bajándose
los pantalones para mendigar un propulsor, y cómo subiría la prima de
riesgo de la austriaca y cómo bajaría la del Turbo by Renault, que costaría una pasta gansa y tasaría al alza entre los equipos de la parrilla en 2014… Oh wait, Lotus no es Renault…!
Tanto da, Kimi sí es Renault, pero no la de don Éric, sino la de don
Flavio. Consciente de sus limitaciones sabe hacer de tripas corazón; de
necesidad, virtud; y en este orden de cosas, ya va cuarto en el mundial
de pilotos porque sabe perfectamente que gana quien apuesta siempre y no
quien lo hace de pascuas a ramos. Y él apuesta en cada
carrera, a su manera, sí, pero constantemente, que es lo importante.
Comenzó 2012 como quien no quiere la cosa, perdiendo la sintonía de la
radio en Melbourne, haciendo un poco de clown. Disfrazado de
gorila, aparentando estar ebrio y de farra, ha ido abriéndose paso en la
tabla de conductores a pesar de que Romain le mojaba la oreja día sí y
día también en calificación, pero ya tiene la bocacha de su rifle
apuntando al título de los cogieron, que es lo que cuenta.
Sí, Lotus tiene que mantener el tipo aunque sea recurriendo al crowdfunding.
Kimi lo merece, porque es él ante todo, y porque a diferencia de
Michael no ha supeditado su figura a una escudería, sino que ha hecho a
ésta suya porque es la que mejor le paga, porque lo que le gusta es
pilotar, competir. Porque anhela triunfar contra todo pronóstico. ¡Ahí,
ahí se crece el finlandés errante!
Donde los egos carecen de sentido afloran los corredores natos, los
contados ejemplares que han sido y todavía son —como el protagonista de
esta entrada—, que no entienden el patio sin entenderse a sí mismos. Ahí
emerge Kimi con nombre propio, Iceman, para reivindicarse,
para reclamarse de manera egoísta, para insinuarnos desde su sonrisa
horizontal y siempre idéntica, que la F1 es ante todo corazón y ganas de
divertirse.
Lotus tiene que encontrar el dinero. Amplifiquemos los bajos en el
ecualizador y pongamos una vela al diablo y otra a San Perejil Nonato…
2 comentarios:
Bueno Jose, el más joven bicampeón es Seb. Sobre Kimi, me parece que la F1 de 2012 no tiene nada que ver con la de 2007 en materia de igualdad, por lo que sería impresionante (por improbable) un rush final como el de entonces. Si nos fijamos en las últimas 5 carreras, es el segundo piloto que ha logrado más puntos...tras Fernando. Y aquí viene lo más sorprendente: Kimi ha aprendido una lección muy importante en su paso por el WRC,que para ganar primero hay que acabar. Y, junto con Nico y Mark como únicos pilotos de la parrilla, ha terminado todas las carreras hasta la fecha, y creo que puntuado siempre excepto en la tremenda "agonía neumática" de China.Pero la famosa estadística de la F1 está en su contra, y le tocará fallar una o dos veces de Monza hasta el final. A mí personalmente el Lotus me decepcionó un poco en Spa.No le veo tan favorito como muchos. El tiempo nos dará o quitará razones. un saludo.
mmm, José miedo me da que hayas tenido razón y ya se empiecen a vislumbrar indicios de que han alcanzado su techo, en SPA no anduvo muy fino el Lotus, ni bien salieron, Kimi no pudo con un Force India y un Mercedes (que eventualmente también hubieran sido un Ferrari y un Sauber) y luego no tenía velocidad para adelantar a Schumacher en Kemmel con DRS incluido. Ahora han anunciado que el DDRS, (que vienen insinuando hace tiempo como una revelación) no lo montarán al menos hasta Susuka. No sé para mi ha sido el GP en dónde han estado más flojos, y el podio de Kimi vino más por que él es muy consistente en esta pista y por la carambola de la salida. Ya veremos como van en Monza. Un saludo.
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