domingo, 8 de abril de 2012

Ida y vuelta


A menos de una semana de la celebración del G.P. de China, los engranajes de la F1 parecen necesitar de un poco de aceite para comenzar a girar, y aunque para mañana lunes posiblemente ya estén rodando con normalidad, hoy noto que hay que hacer cierto esfuerzo para que la maquinaria responda como hace habitualmente. ¿Qué tal si hablamos del RB8?

El monoplaza de Newey para 2012 no ha salido tan magnífico como se esperaba. A todas luces, su rendimiento en las dos pruebas que se han celebrado no animan precisamente a lanzar las campanas al vuelo, como otros años. Ni arrasa en calificación ni se muestra solvente en carrera. El segundo largo que atesoraba sobre sus rivales hace escasamente unos meses, se ha reducido a nada como por arte de magia.

Hay quien ve en todo esto un problema originado por la elevación de las salidas de escape. Otros, sin embargo, opinan que el asunto reside en la prohibición de los mapeados especiales del motor... 

El caso es que la posición de los escapes, más adelantados y elevados que en el RB7 y RB6, vienen a estar muy cerca de donde estaban en el RB5, y aquel coche pitaba lo suyo. Al respecto de los mapa/motor, cabe decir que Lotus y Williams, que también van propulsados por el RS27 de Renault, al igual que los vehículos de la austriaca, no sólo no han visto mermadas sus prestaciones sino que las han mejorado.

Bien, no me enrollo. Bajo mi humilde punto de vista estamos ante un escenario que permite dos puntos de vista diferenciados. 

Por un lado, como aventuré a finales de la temporada pasada, el desinfle de Red Bull podría tener mucho que ver con los pasos de gigante que han dado todos sus rivales en la cabeza, toda vez que a base de pelar la cebolla de los secretos de Adrian, quien más y quien menos ya los habría aplicado a sus respectivos diseños, de manera que podríamos decir que al ingeniero británico se le han acabado los conejos de la chistera y la flexibilidad de algunos componentes, el uso de la sustentación y por supuesto la explotación de la estela térmica, han pasado a jugar también en el campo de McLaren, Ferrari, Mercedes, Lotus, etcétera.

Por otro, el panorama de igualdad impuesto por la normativa vigente y el avance de los rivales, se podría haber atragantado de mala manera a la de la bebida energética. Por la razón que sea Newey no habría sabido dar en la tecla adecuada ni para optimizar el rendimiento de los neumáticos ante su ablandamiento generalizado, ni para dar equilibrio a su plataforma aun habiendo adelantado las salidas de escapes presentes en pretemporada, separándolas además de la carcasa cubremotor ahora, de manera que el RB8 se muestra incómodo sobre el asfalto (no hay más que ver el esfuerzo continuado que realizan Webber o Vettel para dominarlo, cuando el año pasado parecía que el RB7 iba sobre raíles), sencillamente porque no ha salido bien parido.

Shanghai, por sus características, parece un terreno bastante idóneo para las máquinas de Horner, y será sin duda un lugar donde podremos evaluar mejor si el camino tomado por Newey es de descenso porque su modelo está agotado, o por contra, si podemos esperar aún que Red Bull haga auténtico acto de presencia antes de mitad de temporada.

Os leo.

1 comentario:

mario M dijo...

Pues yo lo siento, pero no me quito de la cabeza una idea.

De acuerdo que Newey es el rey del mambo desde hace un tiempo, y ha hecho diseños aerodinámicos muy buenos. De acuerdo que Vettel es un gran piloto. De acuerdo en todas esas cosas...

Pero al igual que en 2009 Brawn era una fenómeno del diseño, un aguililla en los negocios (compró Honda "barato"), en aquello de "leer el reglamento", en hacer un buen diseño, y que Button se destapó como un piloto de primra línea... la cosa es que el sorprendente y contundente doblete del campeonato de ese año se logró sobre todo gracias a un invento que dejó a todos con el pie cambiado.

Pues con las mismas, y sin desmerecer nada, pienso que Newey es la hostia, que Red Bull ha hecho un equipo al máximo nivel (estrategias, paradas, gestión...), que Vettel está arriba... pero que los austríacos han ganado un par de mundiales tan aplastantemente por algo similar a aquel Brawn de 2009: por soluciones técnicas que supieron crear y desarrollar antes que nadie. Eso les honra, pero quizá desmerece un poco el conjunto coche/diseño/piloto, que todos alabamos, envidiamos y tratamos de copiar desde entonces.

Y este año, sin conejos en la chistera demasiado grandes por las modificaciones en el reglamento (creadas muy probablemente para limitarles), todo se ha igualado bastante. Y ahora sí veremos -ojalá- quién desarrolla más rápido, qué equipo es quien mejor gestiona o se adapta a los neumáticos, qué piloto tiene mejores manos y se adapta mejor a las situaciones jodidas -y no sólo a las óptimas- y si alguien encuentra algo al fondo de la chistera (como el conducto de Mercedes). Lo veremos...