Vivimos alquilados en la fina línea que separa las columnas del debe y el haber en los libros de contabilidad. En realidad habitamos un mundo plagado de contables, que son como los abogados aunque no se inflen como pavos reales cuando publican un libro sobre Historia o viajes, o inauguran una exposición de pintura como Dios manda en el correspondiente colegio profesional.
Suelen llevar lo suyo en la más absoluta intimidad, a los contables me refiero, pero abren la boca y les sale la rentabilidad que llevan dentro y con la que miden todo. Entradas y salidas, activos, pasivos y así...
En Fórmula 1 abundan estos ejemplares y, en toda lógica, los números nos devoran por los pies desde hace algunas décadas. El colectivo así no tiene demasiado futuro, pero a ver quién es el valiente que se mete en ese jardín y aclara que, a veces, muchas veces, la mayoría de veces, las cifras no significan nada si no existe un contexto que nos acerque a su verdadera dimensión. De esta burda manera, tendemos a equivocar la calidad con la cantidad de títulos mundiales, victorias y récords, por ejemplo, o el conocimiento y la experiencia con el volumen de seguidores en redes sociales o con los años en esto...
Liberty Media también peca de esta filosofía rentabilista, y es curioso porque a Bernie, quien al fin y al cabo levantó el tinglado de la nada, le costaba tirar de números para destacar lo evidente o lo que debería serlo. También es verdad que el británico trataba al aficionado desde la inteligencia y la norteamericana prefiere hacerlo desde el paternalismo ramplón, pero ya me estoy enredando y lo voy a dejar aquí por no aburriros y porque pretendía echar el ratito con otro tema.
En fin, el caso es que se ha publicado el resultado de un sondeo que realizaron FOG y Motorsport Network [La F1 y Motorsport Network desvelan los resultados de la Encuesta Mundial de Aficionados a la F1 2025], que, obviamente, da la razón a la patrona en su definición del presente y el futuro de la actividad, básicamente porque para eso se hacen este tipo de escrutinios: para certificar el rotundo éxito y acallar cualquier posible debate.
Y eso, que os leo.
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