lunes, 17 de mayo de 2021

Heather dies

No os voy a estropear la fiesta. Me gusta la librea elegida por McLaren para el Gran Premio de Mónaco pues me recuerda tantas y tantas cosas bonitas que casi no caben en mi pequeño mapa del mundo, pero no deja de ser un gag publicitario vacío de contenido, como casi todo lo que nos sucede a diario.

Tengo mis estudios sobre semiótica y comunicación muy apolillados, pero me dan para considerar un tanto tontorrón recurrir a una decoración característica de la Resistencia para festejar algo, lo que sea, en nuestra disciplina de monoplazas. Jamás un coche vestido con esos colores ha rendido tributo a Mónaco en Fórmula 1, ni ha vencido en El Principado, menos habiendo sido parido en Woking. 

El brindis al sol no tendría sentido a día de hoy si no estuvieran detrás nombres como John Wyer, Pedro Rodríguez y Lucien Bianchi en 1968, y un vehículo de cuarenta pulgadas de alto con herraduras naranjas pintadas tras los pasos de rueda posteriores [Una noche larga, 1968 (#24LeMans 36)], que repitió hazaña en las 24 Horas con Jacky Ickx y Jackie Oliver al volante en 1969 [Y una más, 1969 (#24LeMans 37)], e inmortalizó definitivamente Steve McQueen sobre el Porsche 917K dorsal número 20 en la película Le Mans...

Y es que los iconos no salen así como así, no surgen de la nada; se construyen con imágenes nítidas que responden a hechos concretos cargados de sensaciones e historia. La librea John Player Special en el remedo utilizado por la Lotus de Gerard Lopez a partir de 2012, no significaba nada sin Colin Chapman, Emerson Fittipaldi, Ronnie Peterson, su muerte y la de Gunnar Nilsson, Nigel o Elio... Y lo mismo sucedía con la banda Martini sobre un Williams.

Zak Brown juega con esto a engatusar a los menos avisados, y el resultado me gusta, repito, pero no dejo de maldecir a los que recrean nuestro pasado para marcarse un tanto mediático, en plan homenaje pero sólo con la puntita, que algunos justifican con otros ecos —los Gulf Team Davidoff de 1977, por ejemplo, que eran más Gulf Davidoff que McLaren F1 GTR—, o en base al nuevo vínculo establecido entre Woking y la petrolera norteamericana, olvidando que Who Wants To Live Forever de Queen no habría tenido ni una centésima parte del impacto que tuvo, si su melodía no hubiera acompañado el momento en que la anciana Heather MacDonald ha fallecido y es enterrada por Connor MacLeod, su amor eterno, el highlander solitario e inmortal.

Incluso en estas bobadas existe un modo adecuado y uno incorrecto de hacer las cosas, y desgraciadamente, el escogido como ocasión por McLaren y Gulf replicando un esquema demasiado viejo, que resulta bonito pero a mí no me dice nada ni especial ni nuevo...

Os leo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Está tan marchita la cosa q no saben q inventar pa hablar de algo.


King Crimson

Josemi dijo...

Estoy cansado de este pinta y colorea en una permanente vuelta al pasado. Yo que veia la formula 1 cuando estaban Senna y Prost (y muchos otros de verdad) no recuerdo que tuvieran que recurrir carrera tras carrera a sacar cosas del baúl de los recuerdos. Yo sabia que existian unos señores llamados Jim Clark o Juan Manuel Fangio por que tenia un libro donde hablaban de ello, no por que estuvieran recordando los tiempos viejunos todo el día. Y menos aun sacar cosas del baul de los recuerdos falsos, por que efectivamente esta decoracion los que sabemos un poco lo asociamos a las 24 de Le Mans en resistencia, no a F1 en Monaco.

A este paso un dia decoran un coche con los colores de Lucky Strike que llevaba Kevin Schwantz en la Suzuki.