sábado, 23 de marzo de 2019

Pero no toques, ¿por qué tocas...?


Como sucedió con los de Stevenage, los vecinos de 2007 y 2008 pueden terminar cogiendo un bonito rebote como Lewis insista en comportarse como mis cuñadas. 

El pasado está ahí y lo aceptas o lo dejas estar o sencillamente pasas de puntillas por él si no te satisface mucho, pero con la cantidad de fotos que produce un deportista de élite y la golosina que suponía un piloto novel y mestizo en la parrilla, que ya era entonces un talento natural, suena a cachondeo fino venir ahora a hablar de que en sus dos primeras temporadas en El Circo le pasaron muchas cosas extrañas.

Siempre he dicho que 2008 no fue un título como para sacar pecho, y es que Hamilton lo terminó ganando con la lengua fuera y por un miserable puntito sobre mi Felipe. En todo caso, si somos francos, al que le ocurrieron cosas extrañas ese año fue a Heikki Kovalainen, como el anterior le había sucedido a Fernando Alonso.

Que una grúa le ayudase en Nürburgring fue extraño pero no malo para el británico. Que la FIA lo rescatase en Hungría también fue extraño pero, obviamente, tampoco se puede considerar malo, de hecho, aquella pole conseguida en los despachos por papá y Whiting sigue nutriendo los números de nuestro chicarrón. Lo de estar preparados para celebrar el título Mundial en China ni resultaba extraño ni era malo, lo malo fue salirse en la puzolana y quedarse clavado allí sin una grúa a mano, y mucho menos se puede considerar malo que se publicara un libro biográfico en el que se aludía a una victoria absoluta que jamás se alcanzó.

En líneas generales, 2007 y 2008 fueron temporadas bastante buenas para Hamilton. Te escapas de una sanción aquí, te libras de un chorreo allí, tu escudería se encarga del trabajo sucio (extra laps, por ejemplo, y sin meternos en más honduras), y acabas firmando dos campañas bastante majas en las que que una acaba, además, en corona. Otra cosa es que, por lo que se ve, a Lewis todavía le escuecen.

Así que haciendo mías las palabras de Amador Rivas, le diría Pero no toques, ¿por qué tocas...?, que estos melones se abren fácilmente pero tienen difícil cierre.

Feliz sábado. Os leo.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Lástima que el difunto Charlie no pueda hablar ya, querido Lewis. Se llevó los secretos y corruptelas de aquellos años bien guardados a la tumba.



King Crimson


Josemi dijo...

La grua, la grua, la dichosa grua, lo recuerdo como si fuera ayer. Entonces no lo sabiamos pero ese dia fue el primero de la nueva época en la corrupción.

germansp dijo...

Lo que roza lo inverosímil es que diga esto a la semana de la muerte de Whiting. Mucha gente dice que Lewis domina las redes, pero me parece que se cree su propia leyenda en demasía, igual que le pasó antaño al bueno de Sebas.

Anónimo dijo...

Hombre, es una puesta en valor. Lo comprendo y lo apoyo en su gesta.

Paracaidista, surfero... Estirando y dándose los linimentos como si lo fueran a subir a las motos mañana mismo.

La cosa va de crear cultura. Alimentar el mito. No sea que el día de mañana, algún revisionista nos traiga el excel de uno que haya sido más completo, más intrépido, más mejor.

Ojito, que los datos se quedarán allí, para el que los quiera leer.