domingo, 24 de marzo de 2019

Nos vamos a Vietnam


Siempre que escucho el nombre de Vietnam me vienen a la cabeza las innumerables imágenes y películas que me he tragado sobre la guerra que mantuvieron allí los norteamericanos, y quizá sea ésta la razón por la que Hanoi ha peleado por albergar un Gran Premio de Fórmula 1: por empezar a dar una imagen más responsable con su realidad actual.

Los Grandes Premios son una forma de mostrarse en el escaparate y que te vean en todo el mundo. Como sucede con los Juegos Olímpicos o los Mundiales de Fútbol, etcétera, las ciudades que aspiran a ser sedes de la F1 apuestan fuerte hasta conseguirlo, que no siempre lo logran, y lo de menos, obviamente, es si las carreras allí van a ser bonitas o truños bananeros. Es decir, el deporte, en sí, importa bastante menos que el negocio y la cosa crematística...

No soy muy partidario de este tipo de experimentos, la verdad, pero entiendo como razonable que exista necesidad de encontrar nuevos mercados plagados de promotores y otros representantes del capitalismo fetén, otro asunto es que me dé una pena tremenda ver cómo los trazados tradicionales van perdiendo pujanza en el calendario mientras su espacio lo ocupan cosas como Bakú, Yas Marina, Marina Bay o Sochi, que sí, que ya sé que tienen sus fans, pero si me lo permitís: nada que comparar con un Silverstone o un Spa-Francorchamps, que sé que nos entendemos.

He visto el vídeo promocional [dentro enlace] y doy gracias al cielo porque el urbanismo ya está prácticamente levantado, no como sucedió en Yeongam (Corea), que todo eran promesas de bonitos edificios y zonas verdes que en promesas se quedaron, porque a la hora de la verdad, daba la sensación de que los monoplazas corrían en el interior de una huerta descomunal de grande donde incluso se podían discernir acequias y barrizales.

No es por quejarme, que seguramente también, pero creo recordar que Liberty tenía intención de dar mayor relevancia a Europa y sus circuitos de toda la vida, pero hete aquí que nos vamos a Vietnam, más o menos donde Brian perdió la sandalia. Vamos, que me dicen que la idea ha sido de Bernie y al menos tendría dónde agarrarme, pero así, a pelo y viniendo de la norteamericana, lo que me ha producido ha sido un profundo episodio de melancolía. Imola, Dijon-Prenoix, Donnington Park, el viejo Le Castellet, Magny-Cours...

Os leo.

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