lunes, 25 de marzo de 2019

La rutina


La temporada 2019 ha comenzado pero todavía no lo ha hecho con toda su intensidad. Los entrenamientos de pretemporada dan para tan poco que desde unos años a esta parte los entrenos chupan cámara y kilómetros al menos hasta el Gran Premio de España, que bien mirado, está casi a la vuelta de la esquina...

Resulta un poco tedioso andar recordando estas cosas al inicio de cada campaña, pero merece la pena tenerlo bien presente porque está dinámica (pérfida) marca la rutina inicial de la Fórmula 1, ya que hay que extraer información y rodar y rodar mucho, y esto sólo es posible quitando espacio a lo que en sentido estricto es la competición como se ha entendido toda la vida.

Aquí poco podemos hacer, la verdad. La FIA, el FOM y los equipos, han pactado este formato y a nosotros no nos queda otra que apañarnos. Hay escuderías que ya están luchando por el Mundial mientras otras todavía están afilando sus armas con el fin de encontrar hueco en la zona media de la parrilla a partir del verano. Entre las primeras están Mercedes AMG, Ferrari y Red Bull. El resto, pues eso, tratarán de evitar ser colistas, incluso Williams, y se las apañarán para sumar cuantos más puntos mejor al final de la sesión, ya que a la postre suponen dólares para el año siguiente.

Siempre que surge este tema cuento lo mismo, así que disculpad que me repita. Personalmente me parece una canallada y un poquito tomadura de pelo, pero no se trata de si gusta o no gusta, de si convence o no lo hace, sino de que es lo que ha definido nuestro deporte de 2009 a esta parte, y es con lo que toca lidiar.

Soy consciente de que el formato tiene incluso sus apoyos entre el respetable, pero si desde 2010 hemos vivido dos etapas de aplastante dominio (Red Bull desde esa fecha hasta 2013 y Mercedes AMG desde 2014 hasta aquí, de momento), es básicamente porque hay dos Fórmulas 1 cohabitando y, de la fuerte, la que da primero acaba llevándoselo todo sin dejar nada para las demás.

Ya digo que a mí ni me gusta ni me convence. No se trata de que un equipo limitadito no pueda medirse con uno potente, es que además de sin calderilla o con las habas contadas, se enfrenta a un nivel de limitaciones (túnel de viento, horas de CFD, entrenamientos en pista, etcétera) que hacen imposible su recuperación, así que lo normal es que si no consiguen mejorar antes de junio, tiran para adelante con lo puesto, con lo que se acrecienta la brecha entre ricos y parias...

Desgraciadamente esto es lo que tenemos: dos mundos en uno, y es por ello que conviene no olvidar que llevamos años con la sandez ésta, con equipos que siguen de pretemporada y, en cierto modo, a verlas venir, mientras otros ya están soñando con los títulos de Pilotos y Constructores sin que tenga demasiado que ver su potencial, ya que el grueso de la parrilla juega a la pata coja y con las manos atadas a la espalda.

La rutina, que dicen. Os leo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Y no se puede acusar a Mercedes. La dominación les duró tres temporadas nada más.

Cantaba, pero han hecho todo lo posible para que el espectáculo no fuese a menos. Sus dos pilotos luchaban en pista. Ayudaron a Ferrari con su unidad híbrida, le enseñaron a quemar aceite. Tragaron con el FRIC, camber, presiones. Lo han hecho muy bien, y por dentro del reglamento.

Lo que hay es incomparecencia de Ferrari. La siguen cagando. Ya verás cuando Vettel se harte de tanta incompetencia latina, y les cancele anticipadamente el contrato.

Oh, wait! ...que aún no le han ofrecido uno! ��