sábado, 12 de julio de 2014

El sastre de Panamá


Leía a David John Moore Cornwel mucho antes de que supiera que bajo el pseudónimo de John Le Carré se encontraban él y una bonita porción de la historia del espionaje británico durante la Guerra Fría, y por eso mismo aún sigo revisitando sus libros. Sin embargo, abandoné pronto la lectura de Frederick Forsyth porque para eso, para lo que me daba, disfrutaba más con Ian Fleming quien al menos, conocía de lo que hablaba desde dentro y no a través de fuentes fiables.

Dios me libre de catalogar autores de espionaje y aventuras, menos aún, de hacerlo sobre actitudes literarias. Miradme, llevo sin conducir desde 1997 y jamás he pisado un circuito de carreras... Dejémoslo en que me gusta John Le Carré porque transmite en sus líneas una humanidad, una coherencia y una sensación de veracidad, que les vienen muy grandes a los textos de Fleming y Forsyth.

Dejémoslo también en que hoy quiero hablar de The Tailor of Panama (El sastre de Panamá), una obra de Le Carré por la que siento una especial querencia, que trata de un hombre sencillo cuya vida está acuciada por problemas económicos y que por la presión de un agente del MI6 británico que necesita imperiosamente resultados, acaba convirtiéndose en el paradigma de un garganta profunda de pelo en pecho cuya intervención a priori ingenua, terminará originando una crisis internacional en toda regla.

A nadie le puede pasar por alto que Ferrari ejerce en la actualidad de algo muy parecido al Panamá que describe John Le Carré en su libro. Convulso, incomprensible y permanentemente en estado de sitio, basta que apretemos una tecla en la de Il Cavallino rampante para que salten cinco o seis ranas rossas. Lleva ocurriendo de unos años a esta parte y en este mismo blog hemos hablado hasta la extenuación de lo fácil y fructífero que resulta meterse con Maranello para prosperar en el extrarradio, de cómo se utiliza su nombre para medrar cuando lo pertinente sería que se hablara de Red Bull o Mercedes ya que estas escuderías han alcanzado proporcionalmente más importancia que la italiana estos años pasados, o incluso de McLaren, puesto que la de Woking lleva una derrota aún más lamentable que la de La Scuderia.

Panamá, Panamá, Panamá, y uno se pregunta si no será que en la inevitable simbiosis que se establece en la ficción entre el sastre del país centroamericano y Andy Osnard, el agente del MI6 a quien están apretando las tuercas desde Londres, se termina por desvelar que el segundo es el auténtico garganta profunda del cuento, quien a la postre terminará por buscar acomodo al primero para que este le cuente al oído fábulas a cuál más increíble.

Os juro que no tengo nada contra los malos escritores aunque abomine de las malas historias. Pero en serio, con tanto pulso en la cumbre como protagonista me preocupa qué hará el fiscal si Ross rechaza el cheque con tantos ceros que como dicen, le han puesto delante para engatusarlo... Aunque también reconozco que en Panamá, todo es posible.

Pero habiendo tantas y tantas cosas de las que hablar, confieso que me escama que solo se hable de esto, precisamente de la posibilidad de que Brawn vuelva a Maranello para ocupar el puesto para el que Montezemolo eligió a Mattiacci.

Os leo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

He leido el rumor de que Ross Brawn entra a Ferrari en el 2015 y que Alonso renueva contrato.
http://safetycast.es/se-cierra-el-circulo/
y después leo tu entrada y me lo creo mas y mas.

Saludos desde Mexico, estupendo trabajo.