lunes, 27 de febrero de 2023

Orfandad de ideas [Alpine]


A pesar de las altas expectativas que había levantado el A523 de Alpine antes de su aparición en público, el vehículo de Enstone ha salido del horno demasiado similar al A522 del año pasado, lo que significa, en vulgar paladino, que su apuesta ha quedado un poquito desfasada en cuanto a diseño, ya que, salvo Mercedes AMG y McLaren, el resto de coches han dado muestras de haberse adaptado a la nueva temporada con novedades de diferente calado.

Como en el caso del MCL60 de Woking, desconozco la raíz de los problemas mostrados en Bahrein, aunque esta vez sí me resulta sencillo inferir que la clave ha estado en la filosofía de concepción del monoplaza, para mi gusto demasiado conformista para lo que sería exigible a la cuarta escudería de la campaña pasada.

Habida cuenta que Otmar Szafnauer nos ha dejado perlas de su pacato proceder en su etapa en Racing Point y el arranque de Aston Martin —con aquellos coches que eran pasados a limpio de los Mercedes de la temporada anterior—, no me extrañaría nada que aquí mismo residiera el quid del desinfle notado en el A523, un auto de media parrilla para abajo al que se le presuponía que al menos sería capaz de defender la posición obtenida en 2022.

Sólo las anomalías que han rodeado a los coches de Woking en Sakhir han enmascarado las carencias del defender anglo-francés, pero este próximo comenzará a venderse el pescado del Mundial y no sé si Szafnauer tendrá alguna respuesta que dar el lunes que viene.


En principio diría que el A523 no está ni para enfrentarse al C43 de Alfa Romeo, pero bueno, en nada comienzan a descubrirse las cartas y resulta más cauto cerrar ahora la boca, incluso suponiendo que estirar los conceptos usados en el A522 ni daban para tanto como exigía 2023, ni ha sido una grandiosa idea.

Os leo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Lo mismo ya sabemos uno de los motivos por los que un señor de Asturias decidió dedicarse a capturar esmeraldas (verdes) en vez de ir en piyama rosa por los garajes

Lastra dijo...

Es que allá donde esté Gromenauer sólo habrá tinieblas y crujir de dientes. Alo lo vio y salió por patas.