El cacharrillo de la imagen que abre este texto perteneció a Steve McQueen y el título de la obra que traigo hoy a Nürbu es La Historia del Automóvil en el Cine (Letrame Editorial; Madrid, 2019), escrita por Ruperto Sánchez Barbudo.
Cantaba Luis Eduardo Aute «Cine, cine, cine, cine; más cine por favor. Que todo en la vida es cine. Que todo en la vida es cine; y los sueños, cine son...», y Sánchez Barbudo viene a demostranos en su libro que el automóvil, en el cine, es mucho más que una parte del decorado o un motivo esencial de la trama, sea el caso del auténtico Chitty de Louis Zborowski en Chitty Chitty Bang Bang; el Volkswagen Beetle de nombre «Herbie» en The Love Bug (Ahí va ese bólido); o, más recientemente, el Ford GT40 en Ford v. Ferrari (Le Mans '66)...
No voy a destripar el libro porque nunca ha sido el motivo de esta serie de entradas ligadas bajo la etiqueta «Libros», y esta vez, en concreto, porque si sois amantes de las cuatro ruedas y os interesa el cine, y no conocéis la obra, obviamente, me vais a agradecer enormemente que no abra la boca ni para decir que me ha encantado leerlo.
Son más de 500 páginas que gozan de una agradable literatura, estructuradas en una amena serie de 12 capítulos con un leit motiv cinematográfico cada uno, que se completa con 2 índices organizados por título de cada film tratado y por marca y tipo de automóvil.
Después de una primera lectura se convierte fácilmente en un libro de consulta, aunque no es ese su cometido principal, ya que como en todo viaje, lo interesante de La Historia del Automóvil en el Cine es el camino, un trayecto que nos permite visitar con todo lujo de detalles y anécdotas, los coches que intervinieron en películas.
Os leo.
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